Proyecte su entorno laboral para superar tanto despelote

Entre la contingencia de sanidad por coronavirus, el estrés económico por la amenaza de recesión, el distanciamiento social, la crianza, las clases virtuales, el teletrabajo obligatorio, la suspensión de la Súper Copa Juvenil F.C.F., y la mascota epiléptica, gran parte de nuestra existencia se percibe fuera de nuestro control por estos días. No obstante, sugieren las investigaciones que cualquier cosa que pueda hacer uno para restaurar su sentido de autonomía, incluso en pequeñas proporciones, nos hará más resilientes; conforme lo leí en un artículo académico de Eric M. Anicich (y otros), profesor asistente en el Departamento de Gestión y Organización de la Escuela de Negocios Marshall de la Universidad del Sur de California. Al respecto, algunos consejos que logré captar.

Para empezar, si está laborando de forma remota, configure un espacio de trabajo cómodo y personal. Puede definir un límite claro entre ‘trabajo’ y ‘quehaceres del hogar’, sugiriéndose, diga usted, por ejemplo, ‘cuando esté en este espacio o usando estos auriculares, estoy ‘en el trabajo’. Asimismo, identifique, aproveche y disfrute las ventajas de trabajar en casa.

Es decir, si ya no tiene que desplazarse hasta la oficina, puede escoger cómo pasarás ese tiempo, bien sea durmiendo una hora más, ejercitándose, compartiendo con la familia, leyendo el periódico, o incluso profundizando algún nuevo pasatiempo.

Al respecto, la única recomendación sería resistir la tentación de pasar ese tiempo trabajando.

También puede uno recuperar el control sobre su mente y cuerpo si prioriza en el cuidado personal. Invertir tiempo y esfuerzo en su propio bienestar es fundamental en tiempos estresantes.

Si bien la nueva realidad que trajo consigo la pandemia pueden dictar muchos aspectos de nuestra vida en este momento, la forma en que personalizamos nuestro entorno, invertimos nuestro tiempo y, nos concedemos uno que otro capricho depende de nosotros.

De aquí en adelante, para diseñar el porvenir laboral toca reflexionar más allá de la restauración tal cual como la conocíamos. La crisis de salubridad ha acelerado ciertas tendencias que ya se alcanzaban a percibir sobre ciertas ineficiencias del trabajo de oficina tradicional.

Al descubierto ha quedado la razón fundamental para exigir una jornada laboral supervisada de ocho horas/día, considerando que la noción está perdiendo legitimidad a medida que aumenta la evidencia de que los acuerdos laborales más flexibles y autónomos están asociados con una mayor iniciativa de los empleados, así como con mayor favorecimiento para la transformación organizacional, la creatividad laboral y el desempeño general del personal.

En ese orden de ideas, algunos están cuestionando, ‘¿Cómo sería un entono laboral ideal y qué se requiere para lograrlo en un futuro no muy lejano?’ Es más, otros tantos dudan que se requiera de una oficina para ser productivos. De hecho, Jack Dorsey, director ejecutivo de Twitter, considera que no y, ha anunciado recientemente que a muchos empleados se les permitiría trabajar desde casa de forma permanente.

En términos generales, la pandemia por coronavirus ha dejado al descubierto una serie de prácticas comerciales obsoletas y ha revelado otras tantas ineficiencias que serán difíciles de pasar por alto para las empresas en el futuro.

Cuanto más rápido las empresas internalicen dichos aprendizajes, mayor ventaja competitiva tendrán en su porvenir. Por más sombrío que parezca el mañana, la humanidad superará la crisis.

En medio del caos actual, las empresas y los negocios tienen una oportunidad generacional única de reinventar los espacios laborales del mañana, en los que la comprensión y la gestión de la autonomía de los empleados, a la fija permanecerán al frente y como foco de atención de aquel nuevo entorno laboral que emergerá una vez superemos todo este meollo.

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