El conocimiento de las cinco fuerzas puede ayudar a una empresa a comprender la estructura de su industria y a establecer una posición que sea más rentable y menos vulnerable a los ataques de la competencia. De hecho, y guardando las proporciones, los pequeños negocios también pueden sacar partido a la susodicha noción para elaborar la estrategia de su negocio más allá de su gestión comercial.

La primera vez que leí al profesor de Harvard, Michael Porter, fue por allá en 1986; un artículo publicado en el HBR, titulado Cómo pueden las fuerzas competitivas moldear la estrategia (How Competitive Forces Shape Strategy). En los años que siguieron, la explicación del profesor respecto a las cinco fuerzas que determinan la rentabilidad a largo plazo de cualquier industria ha dado forma a una generación de investigación académica y práctica empresarial.

Con esta entrada, pretendo sintetizar, según lo recuerdo, lo más relevante de su obra clásica sobre formulación de estrategias que, entre otros, incluye aportes sustanciales que muestran cómo poner en práctica el análisis de las cinco fuerzas.

Para el efecto, las cinco fuerzas gobiernan la estructura de ganancias de una industria al determinar cómo se distribuye el valor económico que crea. Ese valor puede desaparecer a través de la rivalidad entre los competidores existentes, naturalmente, pero también puede negociarse mediante el poderío de los proveedores o el poderío de los clientes o consumidores, o también puede verse limitado por la amenaza de nuevos participantes o la amenaza de productos o servicios sustitutos.

En ese orden de ideas, la estrategia puede asumirse como la construcción de defensas contra las fuerzas competitivas o como el medio para encontrar una posición en una industria o segmento de mercado donde las fuerzas son más débiles. Los cambios en la potencia de las fuerzas señalan la versatilidad en el panorama competitivo decisivo para la formulación de la estrategia en curso.

Al explorar las implicaciones del marco de las cinco fuerzas, Porter explica por qué una industria de rápido crecimiento no siempre es rentable, así mismo; cómo la eliminación de los competidores actuales a través de fusiones y adquisiciones puede reducir el potencial de ganancia de una industria, cómo las políticas gubernamentales juegan un papel al transformar la potencia relativa de las fuerzas, y cómo emplear las fuerzas para comprender los complementos.

En últimas, el concepto del modelo ilustra cómo una empresa puede influir en las fuerzas fundamentales de su industria o segmento para crear una estructura más favorable para sí misma o para expandir la participación de mercado por completo.

Las cinco fuerzas revelan por qué la rentabilidad de la industria es la que es. Solo comprendiéndolas, una empresa o negocio puede incorporar las condiciones de la industria o segmento en la estrategia.