Sobreponga la oposición de los integrantes de su equipo al cambio

De hecho, los procesos de innovación son todo un reto de por sí y, en ciertos casos, el asunto conlleva un agravante considerando que algunos equipos padecen inercia activa: la tendencia a buscar bienestar en las formas tradicionales de hacer las cosas, incluso, cuando el entorno que los rodea está cambiando. Para el efecto y de mi experiencia profesional en procesos de innovación, comparto aquí un par de técnicas para contrarrestar la inercia activa. A saber: 1) La técnica del pie en la puerta. Solicite al personal que haga algo insignificante o sencillo. Al aceptar la solicitud y luego cumplirla, desarrollan un sentido de compromiso y confianza que los hace más entusiastas para aceptar la siguiente solicitud (más importante). O como quien dice, el trayecto hacia la transformación está pavimentado por múltiples pequeños movimientos y desafíos, cada uno de los cuales se fundamenta en aquello que lo precedió. 2) La técnica de la puerta en la cara. Con este enfoque, solicita usted a sus colaboradores que hagan algo aún más exigente de lo que realmente se tiene en mente (proceso de innovación por implementar). La idea es que al establecer aspiraciones que parezcan extremas, puede usted motivar a las personas a gestionar en un nivel superior, así como a resolver los inconvenientes del proceso de manera creativa, que de otro modo se habrían percibido como inalcanzables. Dicho proceder, a menudo anima a las personas a imaginar innovaciones o soluciones en las que no pensarían en su curso acostumbrado de gestión.

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