Basta con leer los titulares sobre el porvenir del cuadro Millonarios, su director técnico, el profe Jorge Luis Pinto y, por supuesto, los jugadores del plantel para que, sin duda el lector aprecie cuán importante es el posicionamiento para un producto o marca. O como quien dice, Tigre, la clave de la mayoría de las decisiones que se habrán de tomar, puesto que, en relación con el producto o marca, determina:
El potencial de volumen; la audiencia objetivo —quién utilizará el producto; la percepción por la audiencia objetivo; el empaque, la asignación del precio, la promoción y la publicidad— todos estos factores como refuerzo del posicionamiento.
El posicionamiento es el producto o la marca según como el consumidor lo concibe. Puesto que el consumidor es el usuario final del producto, la percepción de este por parte del consumidor viene a ser lo que realmente es el producto. Las principales áreas de comunicación con el consumidor en el marketing deben ser coherentes y servir de mutuo refuerzo. De este modo los desembolsos contribuirán mejor al logro del objetivo de posicionamiento.
Casi todos los productos requieren años y años de la mencionada coherencia para que logren alcanzar el posicionamiento deseado en las mentes de la mayoría de los consumidores potenciales.
En consecuencia, es esencial encontrar el mejor posicionamiento lo más pronto posible en la vida de un producto.
Si a menudo el posicionamiento se cambia o se agrede con el proceder corporativo (o de la marca), al final se carecerá de posicionamiento y los consumidores estarán del todo confundidos. Por lo tanto, se debe escoger el posicionamiento con cuidado y comercializar el producto de manera coherente.
Para definir y seleccionar un posicionamiento definitivo, es necesario responder muy bien los siguientes interrogantes:
- ¿Para quién es el producto (o la marca)?
- ¿Cómo le sirve el producto al usuario?
- ¿Cuál es la competencia del producto?
- ¿Qué motivará a un usuario potencial a ensayar el producto?