Los grandes desafíos son en realidad una serie de pequeños retos que pueden, en ocasiones, parecer abrumadores. Cuando se desglosan los elementos individuales de una situación en particular, los desafíos son más fáciles de abordar. Diga usted, por ejemplo, un equipo ‘desunido’ puede descomponerse en interacciones desagradables con colegas de trabajo y largas horas que afectan el tiempo de entrenamiento. Desglose entonces los elementos individuales de lo que le hace sentir desacertado y así serán más sencillos de abordar. Dele prioridad a aquellos elementos que más consumen su energía. Debe usted pues recordar, que independiente de la profesión que se practique, enfrentamos dichas limitaciones y situaciones en las que, por lo general, ninguno de nosotros busca enredarse, pero que en ocasiones son inevitables y; en cuyo caso es oportuno tener a la mano la resiliencia bien afinada como para asumirlas, mejorar dichas instancias, y cultivar una mayor capacidad de recuperación, incluso, a medida que se buscan soluciones o resoluciones a largo plazo.