A quién con algo de trayectoria profesional no le ha tocado un hijueputa como jefe

¿Quién con algo de trayectoria profesional no ha padecido las consecuencias de aquellos ‘jefes’ que sobresalen en sus habilidades técnicas y pensamiento estratégico, pero luchan con problemas profundamente arraigados de confianza y autoestima? Esos ‘jefecitos’ insoportables que creen ser los que ‘más pasto tapan’ y que detrás de la fachada de competencia y éxito, luchan con inseguridades que lamentablemente se manifiestan como intimidación y comportamiento degradante hacia sus subordinados. Este contenido tiene como objetivo ofrecer consejos prácticos y nociones para profesionales bisoños y estudiantes recién ingresados al entorno laboral sobre cómo manejar el acoso en el lugar de trabajo. Y, por lo demás, como recordatorio para la gente de recursos humanos y como para insistirles en que deben tomar cartas en el asunto y ponerle ‘tate quieto’ a este tipo de personaje tóxico y lesivo para la moral de los subalternos y la productividad de los equipos de trabajo.

El acoso laboral es un problema que lamentablemente persiste en diversas industrias y afecta a los profesionales novatos y a aquellos que recién ingresan a la fuerza laboral. Es un patrón de comportamiento que puede socavar el derecho de un individuo a la dignidad en el trabajo, provocando efectos psicológicos graves y un entorno laboral tóxico.

Reconocer y abordar el acoso laboral es crucial no sólo para el bienestar de los empleados sino también para la salud general de la organización.

Esta publicación explora estrategias efectivas para abordar el acoso, enfocándose en mejorar el desempeño del equipo, reducir posibles conflictos y crear una cultura en la que todos se sientan capacitados para hablar.

Comprender el acoso laboral

El acoso laboral implica malos tratos repetidos y perjudiciales para la salud de una o más personas (las víctimas) por parte de uno o más perpetradores. Es una forma de comportamiento agresivo que se manifiesta a través de abuso verbal, conducta/acciones ofensivas e interferencia laboral.

El acoso puede adoptar diversas formas, desde la intimidación física abierta hasta la manipulación psicológica sutil. El impacto de tales comportamientos puede extenderse más allá del individuo, afectando la moral del equipo y la productividad general.

Comprender la dinámica del acoso es el primer paso para abordar el problema. No se trata sólo de conflictos individuales sino de un patrón de comportamiento que puede corroer el tejido mismo de la cultura de una organización.

En las siguientes secciones, profundizo en estrategias centradas en el desempeño del equipo, formas de reducir el comportamiento de acoso y métodos para fomentar un entorno donde los empleados puedan expresar sus preocupaciones sin miedo.

Centrarse en el desempeño del equipo, no en el desempeño individual

Una estrategia clave para mitigar el impacto del acoso laboral implica cambiar el enfoque de los logros individuales al desempeño del equipo. Este enfoque promueve un sentido de unidad y colaboración, que naturalmente puede diluir los efectos de las conductas de acoso al reducir las oportunidades de aislamiento y acoso.

La incorporación de actividades de formación de equipos y el establecimiento de objetivos compartidos anima a los empleados a trabajar juntos, fomentando un entorno de apoyo que deja poco espacio para comportamientos divisivos.

Los líderes pueden facilitar este cambio celebrando los logros del equipo y fomentando tareas cooperativas que requieran colaboración y apoyo mutuo. Esto no sólo mejora la productividad, sino que también fortalece las relaciones interpersonales entre los miembros del equipo, lo que dificulta que el acoso se arraigue.

Por lo demás, la integración de sesiones periódicas de retroalimentación del equipo puede ayudar a identificar y abordar cualquier problema preocupante desde el principio, incluidos posibles comportamientos de intimidación, garantizando que se resuelvan con prontitud y eficacia.

Reducir el comportamiento de acoso

La reducción de tensiones es una habilidad vital para gestionar y reducir la gravedad de los incidentes de acoso. Implica responder al comportamiento provocativo de una manera que minimice el conflicto y reduzca la probabilidad de perjuicio.

Las técnicas fundamentales para reducir la intensidad incluyen mantener una conducta tranquila, usar un lenguaje neutral y tratar de comprender la perspectiva de la persona que exhibe un comportamiento de intimidación.

Este enfoque no significa aceptar o excusar el comportamiento, sino que pretende gestionar la situación de forma segura y constructiva.

Es esencial que las personas que sufren acoso sepan que reaccionar con agresión puede exacerbar la situación. Por el contrario, documentar los incidentes y buscar apoyo de recursos humanos o de la alta dirección puede ser más eficaz.

Estas acciones permiten que comience un proceso de resolución formal, que puede incluir sesiones de mediación u otras intervenciones diseñadas para abordar y resolver los problemas subyacentes.

Crear un entorno seguro para expresar

Crear una cultura organizacional en la que los empleados se sientan cómodos denunciando el acoso es fundamental. Esto requiere políticas claras y aplicadas contra la intimidación, el acoso y las represalias.

El liderazgo debe tomar la iniciativa en el establecimiento de estos estándares, asegurando que todos comprendan que los comportamientos de intimidación no serán tolerados y que las quejas se tomarán en serio y se investigarán exhaustivamente.

Los mecanismos de denuncia confidenciales y los sistemas de apoyo, como los programas de asistencia a los empleados, pueden brindar un apoyo esencial a quienes se ven afectados por el acoso.

Al promover la comunicación abierta y ofrecer recursos de asistencia, las organizaciones pueden demostrar su compromiso de proteger el bienestar de los empleados y mantener un entorno laboral respetuoso.

Por último, lidiar eficazmente con el acoso laboral requiere un enfoque multifacético que incluye centrarse en el desempeño del equipo, emplear tácticas de reducción de intensidad y crear un entorno de apoyo para expresar.

Estas estrategias, combinadas con un liderazgo sólido y políticas claras, pueden ayudar a prevenir conductas de acoso y fomentar una cultura de respeto y colaboración.

Recuerde que, abordar el acoso laboral no es sólo responsabilidad de las víctimas o del departamento de recursos humanos: es un esfuerzo colectivo que requiere la participación de toda la organización.

Juntos podemos crear un ambiente de trabajo donde todos se sientan valorados, respetados y seguros.

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