El equilibrio actual de poder entre empleadores y asalariados no ha conocido tanto descontrol como desde la era de los ladrones y los barones de cuello blanco. Sin embargo, y a pesar del asalto descarado del empleador en materia de salarios, los beneficios y la dignidad laboral, los trabajadores están contraatacando. Es común por estos días, percibir más decisión, energía y organización por parte de los trabajadores para mejorar su condición y remodelar sus lugares de trabajo como nunca se había visto antes. Los trabajadores están utilizando su poder colectivo para desafiar e impulsar al liderazgo empresarial a hacer lo correcto, desde resistir los esquemas de gestión algorítmica distópica hasta abogar por una acción climática más proactiva.