El reto del liderazgo

Descubrir quién se es. Aprender a sentir su entorno directo y contemplar profundamente sus impresiones. No depender de ideologías porque hacerlo despojará su vida de significado y le hará incompetente para asumir el liderazgo. Cultive y afianza su intuición porque un líder sin intuición jamás podrá predecir el cambio[1a].

Desarrolle su poderío personal (Te) a través de su conciencia y conocimiento de las leyes físicas, mientras éstas obran tanto en el universo como en la mente de los demás (Tao) —luego utilice ese poderío para influenciar eventos sin necesidad de requerir la fuerza—. ¿Que cómo le hace para lograrlo? Sencillo, use actitud en vez de acción y lidere a los demás guiándolos a cambio de gobernarlos. Dirija a la gente dejándolos actuar apoyados en usted y no al contrario. Aprenda a lograr sus fines sin medios, cultivando una sólida perspectiva de la forma en que las cosas deben resolverse lógicamente. Practique la simplicidad. Siga creciendo[1b].

Lao Tzu solía creer que la forma ideal de dirigir acontecimientos era a través de métodos que no crearan resistencia ni provocarán reacciones contrarias. Consideraba éste también que era esencial para los líderes observar constantemente las leyes de la naturaleza, pues juzgaba que dichas leyes físicas ejercían una influencia sobre la forma cómo los individuos tienden a comportarse tal cual las sociedades tienden a evolucionar,  y que su total comprensión brindaría al líder el poder (Te) para traer consigo armonía al mundo[1c].

El reto entonces es el Tao Te Ching. Éste nos urge a encontrar el coraje para rechazar la fuerza y en cambio, influenciar a los demás a través del ejemplo, aprovechando la naturaleza como norma para —balancear los extremos del entorno en vez de provocarlos—[1d].

Lao Tzu solía ponerlo en estos términos[1e]:

Los individuos evolucionados tienden a aferrarse al Tao,
Y consideran el mundo como su ejemplo.

Éstos no tienden a exhibirse;
En consecuencia, son iluminados.
Éstos no se definen a sí mismos;
En consecuencia, se distinguen.
Éstos no requieren nada;
En consecuencia, son acreditados.
Éstos no alardean;
En consecuencia, progresan.

Referencias—

[1] a b c d e Wing, R. L., (1986) (en inglés). A New Translation of the Tao Te Ching: The Tao of Power. Lao Tzu’s Classic Guide to Leadership, Influence, and Excellence. Nueva York: A Main Street Book, Published by Doubleday.

Deja un comentario