De la sabiduría convencional del otrora publicista David Ogilvy:
- Elevado estándar de ética personal.
- Eminencia, sin la insignificancia.
- Coraje bajo presión, capacidad de recuperación en la derrota.
- Ingenio en vez de sosiego infalible.
- Vigorosa capacidad laboral tal cual servidor de media noche.
- Carisma, encanto y persuasión.
- Racha oportuna de heterodoxia —creativos innovadores—.
- Impetuosa determinación para tomar decisiones difíciles.
- Inspiración entusiasta —confiada y gustosa—.
- Sentido del humor.