A todos nos llega ese momento ocasional en el que nuestro trabajo sencillamente se percibe harto y aburridor. Aunque eso no significa necesariamente que sea hora de dejar las bebidas azucaradas. En su lugar, puede usted intentar ‘establecer labores’ o personalizar su función de acuerdo con sus fortalezas e intereses. Así podrá usted percibir algo de energía adicional en su quehacer cotidiano o lograr que su gestión se sienta más relevante. Al respecto, puede usted empezar respondiendo tres interrogantes: 1) ¿Cómo puedo aportar más de mis fortalezas a mi labor? Converse con su superior inmediato sobre nuevas labores o proyectos que podría emprender, concediéndole así la oportunidad de aplicar su entendimiento, al igual que sus cualidades y habilidades particulares. 2) ¿Me estoy rodeando de las personas convenientes? Es posible que no pueda usted elegir a sus colegas de trabajo, pero sí puede decidir con quién quiere compartir su tiempo. Enfóquese en aquellos colegas que lo inspiran. 3) ¿Qué narrativa me cuento sobre el motivo por el cual realizó mi trabajo? Una respuesta válida sería, ‘trabaja usted porque le toca’. Otra sería, ‘genero un informe de resultados para las campañas de marketing de las marcas que permite al gerente general tomar mejores decisiones para así ayudar a nuestra empresa o negocio a lograr los objetivos’. Es más, si puede usted ser más preciso como para tratar de comprender mejor el propósito detrás de sus responsabilidades, tanto mejor; ya que así estará usted más motivado para llevarlas a cabo impecablemente, y como para equiparse y prepararse mejor para reconocer nuevas oportunidades laborales disponibles.