El salto histórico desde una altura record de 39.045 metros, de Felix Baumgartner, deportista extremo austriaco, deja tres logros: vuelo más alto en globo, récord de caída libre y sobre paso de la barrera del sonido en caída libre. A mi entender, todos absolutamente logros irrelevantes para la humanidad. Lo hizo sencillamente porque podía hacerlo. Tal cual lo hizo Postobón al lanzar sus nuevas gaseosas Speed.
Es que ante los interrogantes, aún rondan mi mente los comentarios del presidente de Postobón, Héctor García Ardila: ¿’Con Speed, Postobón compite con Postobón? ¿’Canibalizará el mercado de sabores, por ejemplo, con las tradicionales naranja y manzana? Al respecto, García responde con un “no” tajante dizque, porque el portafolio se complementa y potencia con el consumo de todas las bebidas, sin segmentación de edad, género ni estrato. “Cada persona reclama marcas de primer nivel, así como la ampliación de portafolio y, hay que estar innovando”, agregó el dirigente.
No obstante las apreciaciones del presidente de Postobón, intacta permanece mi percepción al respecto, ya que si se toma un grupo de personas o segmento de la población, y se les expone reiteradamente a una serie de mensajes concretos, es factible empezar a cambiar sus puntos de vista. Es más, si se conjugan dichos mensajes con su exposición a un mayor número de individuos en el grupo, los mensajes tendrán todavía mucho más impacto.
Los mensajes terminarán por consolidarse si, y sólo si el segmento se vincula y empieza a comportarse como clan. Exceso de poder estratégico, si me lo preguntan, tal cual una oportunidad sin igual como para pretender el tipo de estrategia, “una sola medida encaja para todos”, en particular, si se trata de ‘un producto barato y bueno para el consumidor’, según sostiene García.
¿Ah, si será eso tan bueno o acaso, pronto terminaran clausurando semejante atrevimiento?