¿Relevante o divertido?

Sorprende advertir como reclaman airadamente los agentes de marketing el hecho de que los consumidores no acepten ni se fían ciegamente de lo que las ‘marcas’ les quieren transmitir, no obstante que insisten en conspirar junto con las ingeniosas agencias de publicidad para realizar sendos embuchados que no hacen más que confirmar nuestra más temida sospecha sobre que la publicidad es simple entretenimiento, irrelevante, engañosa, dudosa y desechable.

¿Cómo más puede interpretarse la última campaña de P&G para su marca cerrera Old Spice?

Una serie de comerciales que se destacan por su majadera narración explicita como excesiva, y que repasan el ideal de un enclenque que utiliza el producto para acometer sorprendentes quehaceres. Cierto es que son entretenidos, aun cuando no pretendan comunicar asunto alguno remotamente interesante ni útil. Su humor es exagerado y el tono auto-consecuente, tal cual si la campaña estuviera ‘mamándose gallo’ a sí misma, que nada tiene de malo así como tampoco logra cometido alguno.

Esto es publicidad concebida tal cual un estrellón en la berma de la carretera: cautiva e impacta momentáneamente, mas contiene un argumento difícil de comprender, particularmente en pleno siglo XXI donde la gente está ávida de información veraz, práctica y confiable.

Definitivamente voy con las ideas salvajemente creativas, aun cuando las prefiero contextualizadas en una estrategia mucho más detallada. ¿Usted qué opina?