Otro colombiano con Helicobacter pylori

Alberto Bravo, presidente de Asinfar (gremio de las farmacéuticas nacionales), al cuestionar una vez más la Guía para el análisis de patentes de la Superintendencia de Industria y Comercio, argumentando que ‘conceder patentes prohibidas por las normas andinas (entiéndase amparar los segundos usos), bloquearía la competencia de medicamentos genéricos y encarecerían el acceso a algunos servicios de salud’.

Al respecto, el argumento del presidente de Asinfar tiene reflexiones técnicas, tal cual, la conclusión a la que llegaron profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias de la Pontificia Universidad Javeriana y del Baylor College of Medicine de Estados Unidos: ‘la triple terapia, tratamiento que se recomienda en el mundo para matar la bacteria Helicobacter pylori, una de las principales responsables de las úlceras gástricas, no sirve en Colombia’ (1).

Igualmente desde la óptica de mi oficio, el razonamiento del señor Bravo carece de congruencia al considera que los vencedores no doblegan a sus competidores trabajando con mayor perseverancia ni por su marketing más creativo (que no es el caso de la industria farmacéutica nacional, fiel exponente de la manifestación ‘me too’ ni de los ‘marketineros’ de las multinacionales, eternamente sumidos en los libretos cuidadosamente elaborados desde sus respectivas casas matrices). Es mi parecer que, el quid del asunto radica en comprender lo que es realmente significativo.

Asimismo, en vez de persistir la industria farmacéutica nacional en su interminable sonsonete sobre propiedad industrial y la multinacional en su troyano retintín sobre investigación y desarrollo, los unos podrían apoyar la investigación colombiana que pretende una prueba molecular que permite establecer si el Helicobacter pylori es sensible o no a los principales antibióticos recetados, como los otros, responder por las necesidades de la humanidad, dispersando sus esfuerzos en productos que satisfagan la demanda más allá de los países ricos.

Lamentablemente y así como el mercadeo, lo verdaderamente relevante no siempre salta a la vista no obstante de estar continuamente evolucionando: cambia entre culturas, consumidores, productos y hasta en las horas del día; empero aquellos que logran captar la imaginación, la venta y el crecimiento, lo hacen innovando los temas de valor al tiempo que descartan todo lo demás. Disposiciones ambas difíciles de implementar, particularmente si se está rodeado de personal empecinado en fastidiar como en elaborar sobre lo insignificante.

Amanecerá y veremos si la Asamblea Mundial de la Salud que inició esta semana en Ginebra y a la que asisten los 192 países miembros de la OMS, traerá consigo reformas estructurales novedosas o por el contrario, tan sólo será otro evento protocolario en el cual la OMS ratifique su statu quo subordinado.

(1) Daniela Perfetti R., Unimedios, UN Periódico, 13 de mayo de 2012

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