Calma, que el asunto no es un juego de palabras. En conjunto, estas son las únicas dos alternativas que realmente necesita para hacer de su existencia un proceso creativo. Solo debe usted balancear la justa medida de aciertos y equivocaciones en el momento correcto tal cual el indicado.
Su trayectoria profesional es un proceso creativo que debe abordar a punta de interrogantes, diga usted, por ejemplo, ¿debo superar algún o varios obstáculos para lograr mi cometido, hay un elemento de fricción, rareza o locura que lo hará memorable mi camino? Y, así entre infinidad de cuestionamientos.
Elaboramos en una profesión en el que debemos luchar cada vez más para obtener el adecuado reconocimiento, aunque a menudo evitamos la noción que nos dicta realizar cualquier esfuerzo cognitivo. Es por eso por lo que muchos propósitos sucumben ante el primer obstáculo en su realización.
Por otro lado, al iniciar el propósito, a menudo consideramos más la estrategia que lo creativo, en cuyo caso, una vez más, existe una buena probabilidad de que el resultada de aquella determinación sea notoriamente mediocre.
Independiente de la estrategia, rara vez se alcanza un recurso admirablemente creativo sin un comienzo admirablemente creativo. O como quien dice, para lograr los cometidos, toca usar las neuronas en su justa medida de aciertos y equivocaciones.