Entre escuchar la razón e indisciplinarse

¿Cuáles cree usted son las temáticas en las que se ha beneficiado de escuchar simplemente a alguien que realmente entiende bastante acerca de la resolución que requiere usted emprender? ¿Acaso, su porvenir académico o futbolístico o, el profesional, algún día también? Al respecto: no, no es uno de esos autoproclamados expertos, sino alguien con verdadera experiencia, paciencia y madurez que, haya sido capacitado en el tema y lo haya ejercido; alguien que realmente entiende el historial como la dinámica de lo que se propone.

Naturalmente, la mayoría de nosotros aceptaría que en temas futbolísticos, escuchar a Messi o a Neymar o al mismísimo Lucho Suárez, el triunvirato latinoamericano en el Barça, es el camino indicado a seguir, si es que algún día claro está, una carrera en el Camp Nou pretende usted consolidar. Ignorarlos a todos sería una mera torpeza.

Sin embargo, en ciertas ocasiones a lo largo de nuestra búsqueda de la “próxima gran novedad”, erramos el camino y asumimos una actitud “gilipollas” al elegir indisciplinarnos.

Retar el statu quo (1. m. Estado de cosas en un determinado momento.), yendo en contra de la corriente al insubordinar las normas tradicionales, es una magnífica oportunidad para transformar. Pero dicha transformación, ha de estar en el orden de “una nueva jugada o malabar en el repertorio”, no un asunto tan decisivo en la vida como la “formación” académica, deportiva y hasta profesional, si se quiere. No ha de ser tan buena transformación, si por sus implicaciones, es la última oportunidad que tenga usted de girar a su favor la rueda de su existir, si por casualidad llega usted a equivocarse en su elección.

Por supuesto, puede usted asumir dichos riesgos en su razonar, pero no cuando éstos han de implicar la diferencia entre el “fracaso” y el “éxito” o si se quiere, entre cobrarle a Manuel Neuer un penalti de “taquito” o uno de “frente, fuerte, abajo y a las esquinas”. Estar desinformado como perder un año en su formación académica no le hace un rebelde. Solo le hace un “necio” desinformado.