Como para no malograr su emprendimiento

He aquí una cruda realidad. Son más las personas que malogran su emprendimiento profesional que aquellas que logran hacerlo realidad. Bien sea por un error de cálculo, o por falta de esfuerzo, o por inconstante disciplina, o por falta de iniciativa, o por insuficiente resiliencia, los emprendedores, igual, deben aprender a lidiar con las fallas y los imprevistos.

Como investigador social y de mercados, he visto el fracaso asumido en dos talantes muy diferentes:

En uno, los emprendedores intentan racionalizar su fracaso, aduciendo un sinnúmero de excusas tales como: el entorno profesional todavía no estaba preparado para mí, yo todavía no estaba preparado para el entorno profesional, o estaba empleando mal mi tiempo libre.

A este tipo de emprendedores, por lo general, les sugiero: ‘de acuerdo, pero ¿quién eligió el entorno profesional para allí desempeñarse? ¿Quién tenía el control sobre su desarrollo profesional? ¿Quién malgasto su tiempo libre?

En el otro lado del espectro, veo emprendedores que asumen la responsabilidad. Se apersonan del resultado y los errores que llevaron a aquel desenlace. Considero honestamente que este es el único talante que garantiza no ir a repetir los mismos errores.

Así entonces, ¿qué hacer para avanzar? Al fin y al cabo, asumir la responsabilidad es solo el primer paso.

De mi práctica profesional, así como de uno que otro material didáctico que he atendido en el tiempo, he aquí tres de las mejores sugerencias para ofrecer:

Salir de la zona tibia— el asunto no es una piscina, deje de conformarse con el agua tibia. Cuando el emprendimiento parece avanzar cuesta abajo, evite seguir malogrando su tiempo, así como pretender que los Dioses olímpicos reviertan la tendencia. Es en esta instancia en la que debe usted saber de hecho si, es o no el emprendimiento indicado para usted. Si tiene usted las condiciones suficientes para revertir la situación, o como mínimo, para asumir el asunto con otro enfoque. ¿Qué requiere usted para reestructurar el proceso? ¿Qué debe usted hacer de manera diferente? Debe usted saber que, las instancias adversas no se resuelven por sí solas: ‘debe usted identificar aquello que debe cambiar, y cambiarlo con determinación’.

Rodee su entorno profesional de personas que lo impulsarán— las condiciones y habilidades, los diplomas, los ascensos, los cursos y las certificaciones lo llevarán hasta cierto punto. Trate a todos con respeto. La forma en que asume usted la adversidad sentará un precedente para asumir posteriores emprendimientos. Lo que uno siembra es lo que se recoge. Si es usted del tipo vinagre, será mucho más difícil que a futuro alguien le apoye en su emprendimiento. Preferible la miel.

Conserve una actitud constructiva— aproveche cada oportunidad que así lo amerite para dar un paso atrás y reflexionar: ¿Qué salió mal? ¿Qué ha aprendido sobre sí mismo que antes no sabía? ¿Está preparado para seguir adelante?

El fracaso hace parte del emprendimiento, por lo que no debe usted dejarse descorazonar por el revés. Tampoco se sienta mal por ello. No pierda su ímpetu por convertirse en aquel profesional que sí hará la diferencia.

Tenga presente que, la verdadera innovación se basa en pretender, fracasar e intentar nuevamente.

Cuenta la historia que, Thomas Edison descubrió cientos de formas de no construir la bombilla antes de acertar. El beisbolista Babe Ruth tuvo también un récord de ponches, no solo jonrones. Y, Henry Ford constituyó dos compañías automotrices que fracasaron previo al advenimiento de la compañía que revolucionaría el transporte y la producción en serie.

La humanidad requiere de personas que sean lo suficientemente audaces como para concebir nuevos ideales, así como lo suficientemente valientes como para pretenderlas. Aunque es necesario entender y aceptar, que en el proceso hay que estar preparado para lidiar con las fallas y los imprevistos del proceso.

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