Asúmalo y siga adelante, aunque la equivocación haya sido monumental

Esta mañana, en rueda de prensa, al parecer y, según los expertos en el tema, el informe del Ministerio de Minas y Energía tiene serias fallas y ha generado no pocas controversias. Entre otros, respecto a la cantidad real de las reservas de petróleo y gas, las cuales, se dividen en tres tipos: reservas probadas, que “es cuando hay una probabilidad de extraer el hidrocarburo en un 90 %”; las probables, que es cuando “es 50 % si, 50 % no”, y las posibles, que es cuando “la probabilidad es del 10 %”. Sin embargo, “pareciera que el Presidente y la ministra de la susodicha cartera, se las arreglan para juntar recursos de reservas probadas, probables, posibles y recursos contingentes para decirle al país que tenemos, por ejemplo, gas hasta el año 2037. Es decir, mezclan peras con mazanas.

La cuestión con los errores es que todo el mundo los comete, incluso, los funcionarios del gobierno de turno. Unos más que otros, pero en esencia, todos estamos propensos a equivocarnos. No obstante, cometer un error monumental en el trabajo no tiene por qué ser un aniquilador de carrera profesional, salvo, claro está; que usted sea uno de esos funciones que se contradice con cada metida de pata. Por espeluznante que se sienta en el momento, usted, puede tomar medidas para recuperar la confianza, minimizar el daño y reparar la situación.

Para el efecto, es importante ser proactivo. Tan pronto como se dé cuenta de la metida de pata, procure ponerse al frente de la situación antes de que se agrave. Asuma lo que haya ocurrido para que las personas sepan que usted es consciente del problema y no sientan la necesidad de llamar su atención. Comuníquese con cualquier persona afectada por sus acciones, escúchelos (o solicite sus comentarios), comparta un plan de mejora para seguir adelante, y bajo ninguna circunstancia, pretenda usted sostener lo insostenible. Ofrezca una disculpa, si es el caso, y, que suene auténtico. No se ponga a la defensiva ni lo haga personal. En su lugar, reconozca su error y el percance que causó a la otra persona, al equipo o al negocio. Y no olvide demostrar su solidaridad.

Los contratiempos en el trabajo pueden ser vergonzosos, pero ser excesivamente autocrítico no sirve como estrategia. Autoflagelarse por algún asunto del pasado no hará que la equivocación desaparezca. Así pues, que asúmala y siga adelante.

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