¿A usted el público lo toma en serio?

Era una fría y agitada noche capitalina la del jueves de esta semana. Otra más, de aquellas que se dan por lo general en Bogotá. Luciendo orgulloso su uniforme de la Pontificia Universidad Javeriana, el Pibe del Barrio Santa Bárbara, a.k.a. Kaliman, ingresó al terreno de juego cuando apenas faltaban 20 minutos para concluir el segundo encuentro del equipo en La Liga de las Estrellas; un torneo amateur patrocinado por Kappa. De visitantes, la PUJ perdía el partido 2 a 1. Mientras aguardaba en la lateral la autorización del árbitro para su ingreso al terreno de juego, el espíritu de Kaliman titubeo con la duda: ‘¿Me tomarán en serio mis compañeros y contrincantes?’

Por un instante, el impostor que todos llevamos dentro se apoderó de él. Sin embargo, con unas cuantas inhalaciones profundas del aire frío de la noche logró recomponerse justo a tiempo, mientras se decía a sí mismo, ‘fresco, Kaliman, que esta vuelta la tengo bajo control’. ‘En esta ocasión, no inicié de titular, pero, la disciplina, el esfuerzo, la resiliencia y la trayectoria deportiva han hecho de mi un gran futbolista’. Entonces, actuó en consecuencia: tomó el balón, lo acarició, lo repartió entre sus compañeros, lo resguardó de los contrincantes y lo pateó al arco para el gol del empate a dos tantos en el marcador final. Semejante desempeño en tan corto tiempo, a la postre, le mereció el título de MVP del partido.

Con semejante desempeño, cree usted, que ¿el público le creyó a Kaliman? ¡Por supuesto que sí! A pesar de ese instante de vacilación, el profesional que es logró recomponerse y gestionar a la altura de las circunstancias y expectativas.

El desquite de Kaliman

En ese orden de ideas, y si usted recién se incorpora al entorno de formación académica superior o laboral, es posible que también llegue a encontrarse en situaciones similares a la de Kaliman. Al respecto, y de frente a nuevos desafíos y rostros desconocidos, es muy fácil caer en un espiral dubitativo. Tranquilo: entienda, que esta es una experiencia absolutamente normal. Es más, incluso los profesionales más experimentados se cuestionan a sí mismos de vez en cuando.

Ya para finalizar, tenga presente que, el impulsor de las emociones puede variar según el sujeto. Quizás, su inseguridad, se debe a que usted es joven, inexperto o recién incorporado. O, tal vez, porque es mujer o integrante de alguna minoría. Cualquiera que sea el origen de sus temores, no permita que este obstaculice su desempeño o desarrollo personal. Existen infinidad de aspectos que puede usted implementar para calmar así a ese impostor que todos llevamos dentro. Los detalles se los comparto en una próxima entrega. Hasta entonces.

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