Para todos aquellos que planean embarcarse en algún emprendimiento o para los que ya están gestionando uno, han de saber que, la mayoría de las empresas comunican la estrategia como si fuera un conjunto de aspiraciones o lugares comunes que suenan bonito. Para la muestra, diga usted, por ejemplo: Los elementos clave de nuestra estrategia son continuar nuestro enfoque en brindar excelencia operativa, aprovechar los beneficios de nuestro modelo integrado, reforzar nuestro liderazgo tecnológico y realizar inversiones inteligentes y disciplinadas. O si se quiere también: Nuestra estrategia se basa en cuatro pilares: ganar con nuestros clientes, liderar con nuestra cultura, expandir nuestra red y maximizar nuestro desempeño. Sin embargo, dicha grandilocuencia no brinda orientación a los empleados sobre la dirección de su empresa o negocio.
La estrategia no son aspiraciones, objetivos o ilusiones. Es un conjunto de opciones difíciles de revertir. La estrategia se refiere a un plan de acción de alto nivel, diseñado para lograr metas u objetivos específicos. Implica tomar decisiones y asignar recursos para optimizar los resultados en una situación determinada.
Las estrategias se emplean comúnmente en varias áreas de interés, incluidas los negocios, la milicia, los deportes y el desarrollo personal.
Al respecto, el problema real al que se enfrentan la mayoría de las organizaciones no es si necesitan tomar tres, cuatro o cinco opciones, sino cómo hacer que sus gerentes más experimentados tomen alguna decisión. El mayor error estratégico que cometen las organizaciones no es que se pierdan una o dos opciones en su toma de decisiones; es que no toman decisiones en absoluto, algo a lo que Michael Porter aludió ya hace mucho, mucho tiempo (aunque vigente aún por estos días de redes sociales, streaming e influencers, y motivo para una próxima entrada, aquí en consumosentido.co).
Para que cualquier empresa o negocio tenga éxito, primero debe adoptar las decisiones complejas que requiere la estrategia y luego comunicar dichas decisiones a los empleados de manera efectiva.
Para el efecto, he aquí algunos elementos fundamentales y consideraciones para desarrollar una estrategia efectiva. A saber:
Establecer objetivos— Defina claramente sus objetivos a largo plazo y lo que pretende lograr. Esto proporciona un sentido de dirección y ayuda a guiar su estrategia.
Análisis— Realice un análisis exhaustivo de los factores internos y externos que pueden afectar su capacidad para lograr sus objetivos. Esto incluye la evaluación de fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas (análisis FODA o DOFA, según su cohorte generacional). Comprender el panorama actual es crucial para desarrollar una estrategia viable.
Ventaja competitiva— Identifique sus fortalezas y capacidades únicas que le dan una ventaja sobre sus competidores. Construya su estrategia en torno al aprovechamiento de dichas ventajas para diferenciarse en el mercado.
Mercado objetivo— Determine su público objetivo o base de clientes. Comprenda sus necesidades, preferencias y comportamientos para adaptar su estrategia para alcanzarlos, atenderlos y satisfacerlos de manera efectiva.
Opciones estratégicas— Explore diferentes opciones o enfoques estratégicos para lograr sus objetivos. Considere diferentes escenarios, riesgos y posibles resultados asociados con cada opción. Evaluar la viabilidad, el costo y el impacto potencial de cada alternativa.
Asignación de recursos— Determine los recursos (marketing, financieros, humanos, tecnológicos y demás) necesarios para implementar la estrategia elegida. Asignar los recursos de manera efectiva para garantizar su utilización óptima.
Plan de marketing (implementación)— Desarrolle un plan detallado que describa las acciones específicas, los hitos y los plazos necesarios para ejecutar su estrategia. Asigne responsabilidades y establezca un sistema para monitorear el progreso.
Flexibilidad y adaptabilidad— Tenga en cuenta que las estrategias deben ser flexibles y adaptables a las circunstancias cambiantes. Revise y ajuste regularmente su estrategia según sea necesario para mantenerse alineado con sus objetivos y responder a nuevos desafíos u oportunidades.
Medición y evaluación— Defina las métricas y los indicadores esenciales de rendimiento (KPI, de sus siglas en inglés) para medir el éxito y la eficacia de su estrategia. Revise y evalúe regularmente los resultados para identificar áreas de mejora y en consecuencia tomar decisiones informadas.
Aprendizaje continuo— Adopte una mentalidad de aprendizaje y mejora continuos. Recopile comentarios, aprenda de los éxitos y los fracasos, y actualice su estrategia en función de nuevas perspectivas y conocimientos.
En últimas, tenga presente que, las estrategias pueden variar mucho según el contexto y los objetivos. Es importante adaptar su enfoque a su situación puntual y estar abierto a la experimentación y la adaptación a lo largo del trayecto.