Es factible en ciertas circunstancias que todos alcancemos un pico de estancamiento en nuestra trayectoria profesional. Por lo general, como consecuencia de aquellas eventualidades más allá de nuestro control; diga usted, por ejemplo, el sesgo de algún superior en el organigrama o de alguien al que se le confirió cierto privilegio de autoridad. No obstante, en otras tantas, también es resultado de nuestro propio proceder. En ese orden de ideas, la discrepancia entre una trayectoria profesional que se estanca y una que se impulsa, radica en ‘la impresión que causamos en los demás’.
Cuando se tiene la oportunidad de gestionar entre colegas y jerarcas corporativos, se aprende a los empellones en múltiples ocasiones que, la comunicación es uno de los atributos que más subestimamos a lo largo de nuestra trayectoria profesional.
En mi intento perpetuo de ilustrar el entendimiento para comprender así la inherencia que tiene la identidad de marca en el proceder de las personas que conformamos grupo laborales o equipos deportivos de alto rendimiento, me topé con las insinuaciones de Steve Herz, agente de talento, consejero de trayectoria profesional, y autor del libro, ‘Don’t Take Yes for an Answer: Using Authority, Warmth, and Energy to Get Exceptional Results’ (se puede adquirir en Amazon.com).
En su libro, el autor sugiere que, en lugar de quedarse estático en alguna rutina o cargo laboral asalariado que no parece conducir a ningún lado, preferible prestar atención a tres atributos que pueden ayudarlo a impulsar su trayectoria profesional. A saber:
Autoridad— Las personas que transmiten sentido de autoridad a través de su comunicación pueden obtener mayor influencia. Igual, pueden aumentar las probabilidades de que sus ideas lleguen a las personas que tienen la influencia necesaria para impulsar su trayectoria profesional.
Su trayectoria profesional puede progresar si usted es de los que se esfuerza, sacrifica, trabaja arduamente, realiza una óptima labor y, además, practica la resiliencia. Sin embargo, debe procurar que lo escuchen igual y, para eso, es imperativo saber comunicarse con autoridad.
Aquellos que dominan la comunicación con autoridad, serán influyentes tal cual serán tomados en serio y, como consecuencia, su trayectoria profesional no se estancará.
Para determinar su nivel actual de autoridad, grabe en audio o en video las presentaciones que realice y cuestione si usted se expresa con un sentido de propósito, o si sus comentarios e interrogantes son tenidos en cuenta. Asimismo, tome atenta nota de su postura, contacto visual, y reacción de la audiencia.
Cordialidad— Otro atributo relevante es la cordialidad que transmiten las personas. Se irradia, siendo modesto, desprevenido, autentico, empático, y atento. Por lo general, la cordialidad se mide al escuchar con interés a la audiencia o al interlocutor. Este asunto de impulsar su trayectoria profesional tiene que ver, no solo con comunicar con autoridad sino también con saber escuchar a los demás.
La cordialidad es fundamental para generar confianza, así como para aparecer cercano, lo cual es fundamental para consolidar su posición al interior de cualquier equipo.
Para determinar su nivel actual de cordialidad, cuestione si sus colegas confían en usted, si se sienten cómodos retando sus ideas o retroalimentando su proceder, y si reconoce usted a los demás durante la interacción con ellos.
Fortaleza— El atributo final es una cualidad que concede poder. Cuanto mayor sea su fortaleza, mayor será su poderío para ejercer, influir, ilustrar, formar, o involucrar a los demás en el equipo. La autoridad le merece el respeto de los demás; la cordialidad le merece el afecto y la confianza; y la fortaleza le otorga el convencimiento que los demás requieren para seguirlo.
La fortaleza se traduce en un compromiso y enlace emocional que harán de usted una persona memorable, influyente, y persuasiva.
No quiere decir esto que, deba uno andar siempre en máxima potencia, puesto que, para la fortaleza existen beneficios tanto para los picos como para los bajonazos. El saber cómo se transmite y se percibe es lo verdaderamente relevante.
Para determinar su nivel actual de fortaleza, sintonice con los demás la forma cómo se relaciona y preste atención a las reacciones que tienen con su interactuar: ¿Es usted de aquellos que hablan demasiado rápido o no lo suficiente? ¿Escucha atentamente como para que su interlocutor se perciba confiado por el interés que le da usted a lo que dice?
Ya en últimas, y como para validar su nivel de irradiación de dichos atributos, es aconsejable buscar la retroalimentación de sus colegas, de sus superiores en el organigrama, o hasta de sus amigos y familiares.
Puede usted, entre otros, indagar por la forma en la que los demás perciben la impresión profesional que deja usted, o ir a lo particular y averiguar por los índices de autoridad, cordialidad y fortaleza que irradia usted en su quehacer cotidiano como integrante de algún grupo laborales o equipo deportivo de alto rendimiento.
En ese orden de ideas, y como para que la retroalimentación rinda los réditos correspondientes, debe estar uno predispuesto a asumir la realidad y estar en capacidad de superar rápidamente los aspectos adversos de su desempeño según se indique en la retroalimentación.
La retroalimentación es una oportunidad para el desarrollo, inclusive, si en ciertas circunstancias el resultado termina siendo más ácido de lo tolerable.
Así pues, tenga presente que, no se hace usted ningún favor si asume una ficticia mentalidad presuntuosa que, por lo demás, puede terminar limitando y afectando adversamente su trayectoria profesional.