Anticipan por ahí, que “el país entero está a punto de contagiarse de fiebre electoral” por cuenta de la infección que ronda los comicios de finales de octubre, donde los colombianos, de nuevo, enfrentamos la titánica tarea de combatir las bacterias y virus que pretenden filtrarse en la elección de nuestros candidatos a concejales, alcaldes y gobernadores. Serán cuatro largos meses de campaña, encuestas y debates electorales, para los cuales debemos prever una muy buena dosis de antibióticos para lidiar con la corrupción de cuantas alianzas partidistas, cizañas y patrañas pretendan difundir “las temibles manos negras” políticas del país.
En fin, lo cierto es que recién inicia la interminable publicación de sorprendentes pronósticos electorales. En esta ocasión, el primer “palo” lo asume la encuesta de Cifras y Conceptos, firma encuestadora de César Caballero, ex director del DANE, y que fuera publicada en la edición del 4 de julio de la revista Semana. Que para el efecto, la mencionada empresa, advirtió que su sondeo, Panel de Votantes, utilizó “una metodología distinta, pero blindada”, y para la que a continuación relacionó los supuestos sobre los cuales fundamentó sus admirables hallazgos. Acontecimiento que, me envalentona para compartir mis pronósticos para la ciudad de Bogotá, sin tan siquiera considerar la más mínima intención de voto de los consumidores capitalinos.
Inicio, eso sí, desde el supuesto de que los conciudadanos (extrapolable a la nación) están mamados de cómo sus elegidos, elección tras elección, terminan por pisotear la confianza depositada en ellos. En consecuencia, el próximo alcalde de Bogotá será Gustavo Petro (¿qué mas da? Y, claro está, si logra sobreponer su arrogancia intelectual); en segundo lugar finalizará Gina Paradoy, cuyas cifras en las próximas mediciones ascenderán como la espuma de la cerveza Águila (meritoria posición por su valor y entereza al recobrarse de sus detractores, en especial, aquellos del partido de la U_ltranza, que aún le guardan rencor]; el tercer puesto será para Enrique Peñalosa, (que por haberse colgado el carriel, se quedará sin alcaldía por segunda ocasión); el cuarto lugar, que no reflejará diferencias estadísticamente significativas del tercer puesto, será para Carlos Fernando Galán, (cuyo físico, se parece al de su progenitor, pero hasta ahí na’ma’); por último, pero no menos significativo, el colero será David Luna, (al que debemos todos reconocer su coraje).
En cuanto al panorama de los que podrían llegar, así como lo sugiere el mismo Panel de Votantes de la encuestadora Cifras y Conceptos, les anticipo que, Antanas Mockus reconsiderará su postulación al sopesar que, el cultivo de girasoles es una tarea exhaustiva como de tiempo completo, con la ayuda del público, el 50/50 y el consejo de un familiar, Pablo Laserna, optará por la sensatez y; nuestro queridísimo ex presidente Álvaro Uribe Vélez, comprobará que los principales componentes del patrimonio de su marca, así como en su momento se consolidaron, se han descompuesto por igual: Calidad, familiaridad, popularidad, relevancia y diferenciación. Resignado finalmente, inaugurará su empresa de consultoría en marketing social, a la que llamará… Avetrino.
A todas estas, y porque desconozco las razones por las cuales la ciudadanía adopta sus candidatos, no me queda más remedio que, de nuevo, aventurarme a sugerir unas cuantas reflexiones que considero relevantes. Estos consejos, están fundamentados en la actualización del Buscador de fortalezas en temas de liderazgo (del inglés: Strengths Finder Leadership Themes), pero que definitivamente cambiaron mi percepción sobre el liderazgo. Así mismo, me baso en unos textos que leí ya hace un buen rato: Primero, quebrante todas las normas… (un libro que al parecer también leyeron buena parte de nuestros dirigentes y contratistas); Lo que los mejores gerentes de mundo hacen diferente, de Marcus Buckingham y Curt Coffman, basado en más de 80.000 entrevistas a profundidad en más de 400 empresas, que la organización Gallup realizó y; Ahora, descubra sus fortalezas, de Marcus Buckingham y Donald O. Clifton, PhD (Q.E.P.D.), apoyado también por un estudio que realizó la organización Gallup con más de dos millones de personas. Razones que se sintetizan en cuatro temas:
Desempeño— Los miembros del equipo que tienen su fuerza dominante en el desempeño, son aquellos a los que buscamos una y otra vez para encontrar las soluciones indicadas. Son personas que trabajan incansablemente para conseguir resultados. Éstas personas poseen la capacidad para transformar una idea en realidad dentro de la organización a la que pertenecen.
Influencia— Son personas cuya habilidad para influir en los demás es innata. Siempre andan por ahí promocionando al interior o al exterior de la organización, las ideas del equipo. Cuando se requiera de alguien que tome el control, asuma la vocería y garantice que la colectividad sea escuchada, se busca a aquel con la fortaleza para intervenir.
Desarrollo de relaciones— Son aquellos con la habilidad para mantener la unidad de la colectividad. Se les relaciona con la capacidad de acercamiento entre personas, la habilidosa manipulación de las distracciones en la plaza (pública), como con la capacidad para transformar agrupaciones de individuos en equipos capaces de implementar objetivos y proyectos complejos.
Pensamiento estratégico— Los que son capaces de mantener centradas a las personas en lo que pueden realizar, así como los que cuentan con la habilidad constante para impulsar hacía el porvenir al equipo con todos sus miembros abordo. Permanentemente, absorben y analizan la información que ayuda a la colectividad a tomar mejores decisiones.
Bueno, eso es todo, ahora, confío compartan la lógica y el entendimiento en razón de estos cuatro temas de liderazgo o, de lo contrario, siempre podrán apelar a la sabiduría tradicional para su próxima elección en los comicios de octubre y, si es así, que “la fuerza les acompañe”.
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