Perpetuado en el calendario laboral de los demás

El domingo anterior, nos la pasamos mi hijo y yo, viendo como mi esposa dedicaba el día entero a los asuntos corporativos de su oficina. Y es que no es para más: aquel que rige su derrotero de prioridades, se apropia de su más sobresaliente labor. Ahí va pues, otro día de descanso dedicado a atender los asuntos corporativos de los clientes a cargo, a revisar tabulados y gráficas relevantes, a considerar diversos escenarios que pueden esperar hasta la siguiente jornada laboral, tal cual aguardar una respuesta del cliente que nunca llegará (o al menos, no en el fin de semana) y a cambio de espacio para crear junto con los de su entorno más cercano. Sí, indiscutiblemente hay que saber elegir con conocimiento de causa, puesto que ésta es quizás, la más trascendental decisión que a diario adoptamos. ¡Atentos todos: ¡Próxima estación!