Nivel de voluntad

Basta con mirar a su alrededor para percibir el sinnúmero de opciones de las que aún disponemos: ¿Qué almorzar; con quién conversar; qué profesión desarrollar para ganarse la vida; qué leer; qué escuchar; qué aprender; qué decir; cómo decirlo; con quién compartir; cómo interactuar con los demás; qué valores adoptar; qué personificar como individuo…?

La forma de proceder más segura y cómoda es pretender que estamos impedidos en cada giro que nos presenta nuestra existencia. No obstante, la realidad del asunto es que ni siquiera percibimos la mayoría de los giros que se nos atraviesan en el camino. Nos hemos adaptado para ignorarlos.

Es decir que, no es lo mismo la ‘costumbre’ que sin ‘nivel de voluntad’.

Así mismo, también es cierto que las decisiones relevantes son difíciles de acometer; de hecho, dichas determinaciones rara vez son sencillas de emprender y, sin embargo, aún podemos elegir arremeter cualquiera de estas que se atraviese en nuestro camino.

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