La convención de LaFrancol

Todo negocio tiene clientes y éstos determinan su éxito o fracaso (en su caso, son los pacientes. Los médicos son meros intermediarios y los mayoristas, bueno, son los mayoristas). Aun así, es sorprendente lo poco que muchos gerentes en LaFrancol realmente conocen y entienden a sus pacientes: se fueron de convención de ventas y sin reparo o por mera incompetencia, dejaron desabastecido su programa de recambio. En esta ocasión en particular, el AMDIPIN H 5-12.5

¿Acaso saben en LaFrancol quiénes son realmente sus pacientes? Y por favor, que no vayan a responder “cualquiera con poder adquisitivo”, porque sería tan torpe como si la farmacéutica delineara sus características por demográficos y luego segmentara su estrategia de marketing por patología.

No, a cambio deberían conocer en LaFrancol aspectos de sus pacientes tales como: ¿en qué creen éstos; en quién confían; a qué le temen o a quién estiman; qué buscan; quiénes son sus amigos; de qué hablan?

Ya lo decía Eric Hoffer, “en épocas de cambio, los aprendices heredan el mundo mientras quienes ya aprendieron siguen bellamente equipados para manejar un mundo que ya no existe”.

Para empezar, necesita admitir LaFrancol que los pacientes son el centro de todas sus operaciones y así entonces, tendrá que saber cómo colocarlos justo en el centro de todo lo que hacen. De esto se trata la visión de servicio al paciente tal cual es la senda para actuar con ellos de manera lúcida.

Omitir la visión de servicio al paciente, llevará a los funcionarios de LaFrancol a cabalgar en los cuatro jinetes de la mediocridad:

Negación— “Los jerarcas decidieron, crearon, ordenaron u obstaculizaron: eso ya no es culpa mía”.

Ineptitud— “Mi jefe no me deja hacerlo”.

Conformismo— “No me pagan lo suficiente como para tener que aguantarme las exigencias de este paciente”.

Temor— “Ya está lo suficientemente bien hecho; no vale la pena el riesgo; la gente podría hablar; puede ser que no funcione”.

No señores LaFrancol, por ahí tampoco es la cosa.

Su relación con los pacientes siempre está en marcha, porque son ustedes uno de tantos proveedores de medicamentos, motivo por el cual deben saber cómo impulsar hacía adelante esa relación tal cual continuar haciéndola tan agradable para sus pacientes como lo es para ustedes, los réditos al cierre de fin de mes.

La gente astuta necesita de organizaciones inteligentes.

¿Se le miden entonces ustedes señores LaFrancol?

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