De lo que percibo del entorno de mercadeo contemporáneo, se me antoja que la práctica de hilar delgado es excepcional, apreciada y de gran valor por estos días. Hilar delgado o, como quien dice, dar solución a aquellos inconvenientes que nunca antes nadie se atrevió a resolver, así como percibir las pautas mucho antes de que éstas se hagan norma, se hace hoy mucho más esencial que nunca. ¿Por qué dedicamos entonces tanto tiempo a engordar las ovejas? Andamos los de marketing por estos días, mucho más ávidos de circunstancias, evaluaciones y datos, aun cuando, no tengamos ni la más remota idea, ni la experiencia necesaria sobre qué elaborar a partir de dicha cuantiosa información. Un puñado de ovejas gordas por estos días, no son ni remotamente tan valiosas como sí lo es la noción y la práctica de hilar delgado, puesto que “sólo la acción lleva al desempeño”.
Para comentar debe estar registrado.