Prefiero a las guapas futbolistas que, por lo demás, son motivo de celebración por estos días, reconocimiento a las mujeres, y aporte a la equidad de género en Colombia, resultado de la iniciativa de la Liga Profesional Femenina de fútbol por parte de la Dimayor, en cabeza de su presidente, Jorge Fernando Perdomo, los clubes deportivos, y el patrocinador de la liga, Bavaria, de la mano de la Cerveza Águila.
No obstante, y como en cualquier otra iniciativa productiva, los nubarrones no se hicieron esperar. Esta vez, en la forma de cobardes caracteres plasmados en las redes sociales, desde el teclado de anónimos hinchados del Club América de Cali que, como si el Diablo les hubiera poseído, la emprendieron en contra, y hasta de muerte amenazaron a Nicole Regnier que, junto a Catalina Usme, conforman la dupla más recientes contrataciones de “la mechita”. Y, todo porque los susodichos hinchados, encontraron unas imágenes de la jugadora vistiendo la camiseta del Deportivo Cali. Ah, hágame el favor, ¿hasta dónde ha llegado la intransigencia?
Con demasiada frecuencia termina en tiroteo, aquella opinión personal que pretende pasar por conversación en las redes sociales y que solo desemboca en inertes, ofensivos, y vulgares comentarios. Desafortunadamente, es evidente la presencia del jayán como la falta de civismo en las redes sociales.
¿Me pregunto, cuántas personas, marcas o empresas invierten, tanto en esfuerzos como en recursos para mantenerse al tanto de los comentarios en las redes sociales?
Y, si así lo hicieran, ¿qué tan válidas son esas conversaciones para las personas, marcas o empresas?
Para mí por lo pronto, el retorno como el diálogo que ofrecen las redes sociales, es y será una permanente réplica del comentario original con otro comentario, solo que algunos habrán de ser inteligentes y otros no (como en el caso de los endemoniados hinchados del Club América de Cali).
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