La mayoría de nosotros preferimos razonar a largo plazo respecto a nuestra trayectoria profesional, en lugar de estar saltando al azar de una oportunidad a otra. Sin embargo, ¿cómo se puede ser estratégico si no uno está completamente seguro de dónde se quiere llegar profesionalmente? Al respecto, puedo compartir de mi experiencia personal estas cuatro tácticas. A saber: 1) Determine aquello que definitivamente no desee. Diga usted, por ejemplo; puede decidir que no quiere volver a trabajar nunca más para un jefe inseguro y resentido que, no percibe el negocio más allá de la micro gestión, o que usted ya quiere cambiar de industria, o que ya no quiere trabajar en la práctica y solo quiere asumir funciones de asesoría. Al respecto, este tipo de consideraciones son muy útiles y pueden ayudarlo a formarse una idea más realista de lo que desea para su trayectoria profesional. 2) Decida una hipótesis de trabajo. Es sencillo considerar reducir sus opciones de forma permanente, así que elige una dirección como hipótesis de trabajo de hacia dónde quiere proyectar su trayectoria profesional. Esta debería ser una decisión informada, y siempre puede usted optar por cambiarla más adelante, aunque le ayudará a elaborar estratégicamente hacia una meta laboral plausible. 3) Avance en lo fundamental. Doblar las habilidades y conocimientos esenciales y transferibles que le harán un mejor profesional, sin importar la dirección que en últimas decida seguir. 4) Haga un balance de su estado emocional y mental. En ocasiones, lo mejor que se puede hacer para beneficiar la trayectoria profesional a largo plazo es tomar un merecido descanso, bien sea, un año sabático formal o simplemente reconocer que es absolutamente normal hacer una pausa en la pretensión de nuevos objetivos ambiciosos en un determinado momento. O como quien dice, no es necesario mortificarse por adoptar una elección inteligente.