La mayoría de nosotros entiende que tratar de abordar demasiados objetivos a la vez es un propósito perjudicial, ya que resulta difícil alcanzar un avance significativo en cualquiera de ellos y, en cambio, es mucho más probable que termine usted dándose por vencido. En ese orden de ideas, es preferible…

Dar un paso atrás para determinar qué objetivo merece su atención en este momento. Asegúrese de que su objetivo esté alineado con la visión estratégica de su empresa o negocio. La forma más directa de proceder es consultar la opinión de su superior o la de sus socios, si se trata de un emprendimiento asociado: ¿Cuál considera usted que es el objetivo más significativo que puedo estar elaborando este año desde mi posición?

Si elige entre objetivos igualmente trascendentales, el siguiente paso es asignarles un orden cronológico para determinar su proceso óptimo. Elabore una lista de lo que necesitará tener implementado (habilidades, conocimientos, conexiones, activos, etc.) para lograr sus objetivos a largo plazo.

Centre su atención y esfuerzo en la realización de dicho ‘objetivo fundamental’ que, si se logra, hará que todo lo demás sea mucho más sencillo o realizable. Eso sí, comprométase de lleno a cumplir con el susodicho objetivo durante el período de tiempo acordado para su realización. Si no ve un progreso inminente, no permita que esto le induzca a un cambio de rumbo. Concédale al menos unos seis meses. Para entonces, tendrá una mejor idea de si está en la senda indicada.

En el entorno empresarial o en el de los negocios, así como con lo que tiene que ver con nuestra cultura en general, siempre existe un impulso para hacer más y hacerlo con celeridad. Sin embargo, al dar un paso atrás para evaluar y reflexionar sus objetivos y determinar en qué es más significativo concentrarse en algún determinado instante, puede usted alcanzar un avance específico y demostrable que facilite sus pretensiones a largo plazo.