Sin pundonor usted se desvanece

¿Es usted de los que cree que las marcas son funcionales porque tienen bonitos logotipos o ingeniosas promesas tal cual porque pautan en cuanto medio se les antoja? Pues fíjese que al respecto, nuestra apreciación sugiere que la cosa no es por ahí y sí más bien, su eficacia es consecuencia de algún aspecto de la historia de la marca que resuena en lo profundo de las creencias culturales de la muchedumbre.

Quiere decir esto que cuando su audiencia percibe que usted elige la senda de la torpeza, esa misma que ellos desaprueban tal cual la que ofende su susceptibilidad; ahí su marca genera una disconformidad que quizás nunca pueda solventar.

La gente tiende a “hacer, comprar y aceptar las cosas, fundamentada en sus creencias culturales”, lo que a la postre el de marketing traduce en “carácter de marca” o “esencia de marca” si lo prefiere.

Por eso, cuando su marca deja de resonar entre la muchedumbre y empieza a socavar lo que la audiencia piensa de sí misma, todo empieza a parecer raro tal cual fastidioso. Justo en ese momento y al dejar atrás el pundonor, es cuando su marca empieza a desvanecer; tal vez para siempre.

Su empresa como usted debería predisponer para hacer lo apropiado porque es lo apropiado. Malograr dicha oportunidad es la forma más indicada para hacer desaparecer el valor de marca, considerando que la audiencia no les pertenece ni a usted ni a su marca y sí más bien por el contrario, usted como su marca se deben a su audiencia.

La interacción entre individuos sin pundonor es destructiva. Del pundonor es poco lo que se menciona porque la mera noción es abrumadora. Y sin embargo, el pundonor es el combustible para los medios  de comunicación tal cual es el principal contribuyente responsable de mantener o modificar el statu quo. Y por lo demás, brilla por su ausencia en el discurso político, los asuntos públicos y el entorno de los negocios.

Mas sino se la cree, bastará solo con que ojee el registro de ingresos de la Fiscalía General de la República, la Superintendencia de Industria y Comercio, las circulares rojas de la Interpol o la solicitud de asilo político del exministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, por estos días California Dreamin’.