Mientras uno no se comprometa, hay indecisión
y hay la posibilidad de que vuelva siempre la
ineficiencia.
Con respecto a todos los actos de iniciativa
(y creación), hay una verdad elemental;
cuando se ignora esta verdad, se da muerte a
innumerables ideas y planes espléndidos: Cuando
uno se compromete definitivamente,
la providencia también se pone en movimiento.
Para ayudarlo a uno, suceden toda clase de cosas
que de otra manera nunca ocurrirían. De la
decisión surge una corriente de cosas
que produce en favor de uno un cúmulo de hechos
y coincidencias inesperados y ayuda material
que ningún hombre podría haber soñado que
tendrían lugar así. Aprendí a respetar
profundamente un dístico de Goethe: «Todo lo
que puedas hacer o soñar que puedes,
comiénzalo. La audacia tiene en sí genio,
poder y magia».—D.H. Murray (Expedición escocesa al Himalaya)