La modestia no va con el liderazgo en ciertas circunstancias

¿Se debe el liderazgo a la modestia?

Con frecuencia sugerimos que sí: los líderes deben mostrar su modestia, aunque no faltan aquellas personas que han alcanzado la cima del éxito en alguna organización o equipo sin ella.


¿Por qué entonces el contraste?

En realidad, la noción tiene que ver con las expectativas de los miembros del equipo.

Si los miembros de un equipo recompensan lo igualitario, un líder que se muestra modesto puede impulsar la creatividad y la comunicación clara y sincera.

No obstante, en los equipos jerárquicos, es probable que sus integrantes confíen en que su líder asuma el cargo y tome el control al decidir la forma apropiada de proceder. En dichas circunstancias, la modestia puede percibirse como debilidad o indecisión.

De hecho, un líder humilde en estos casos puede hacer que los miembros del equipo se sientan psicológicamente inseguros, haciéndolos dudar al tomar decisiones en situaciones de riesgos o en aquellos momentos en los que se requiere hablar con franqueza.

Sin embargo, esto no quiere decir que, bajo ninguna circunstancia un líder no pueda reflejar su versión modesta; por el contrario, es fundamental equilibrar la autoridad y la modestia. Tenga presente las cualidades de las que dispone su equipo y ajuste su comportamiento para proceder en consecuencia.

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