La identidad de marca (personal) es aquello que nos define a usted y a mí como personas, independiente, de nuestra nacionalidad, origen familiar, entorno social, usos y actitudes, o profesión, si se quiere también, entre otras tantas; la identidad de marca determina los lineamientos particulares de nuestra reputación como individuos que, no es más que la forma en que los demás perciben nuestra marca personal.
Considerando que, quizás pueda aportar algo a aquellas personas que andan por ahí en desbandada pretendiendo mejorar su imagen y posicionamiento de marca (identidad) como para encauzar su trayectoria profesional en estos días de crisis, aquí les aporto unas cuantas nociones que he adquirido a lo largo de mi trayectoria profesional que, de adoptarlas como corresponde, con certeza le aportaran considerablemente a su reputación personal y profesional.
Ante todo, debe usted reflexionar en cuanto a que la gente de su entorno personal o profesional hablará de usted, así usted no esté presente (solo puede uno aspirar a que lo hagan de manera positiva) e, igual, dichas personas ya saben quién es usted y agradecerán o desagradecerán que usted haga parte de su entorno.
—¿Por qué entonces, elaborar sobre su identidad de marca (personal)?
El asunto, lo puede usted sopesar con un ejercicio sencillo. Diga usted, por ejemplo, cuando pretende describir sus atributos ante alguien al que usted quiere cautivar; haga de cuenta, en una convocatoria para conformar un equipo de fútbol profesional. Seguramente, sus atributos se parecerán a los del compañero que juega en su misma posición: ‘rápido’, ‘habilidoso con el balón’, ‘fortaleza física y mental’, ‘combativo’, ‘equipero’… Es decir que, la única diferencia que el seleccionador podrá percibir en aquel entonces serán los nombres de los aspirantes.
Es por esta razón, por la que debe uno aportar algo diferente. Algo que lo destaque a usted de entre los demás.
—¿Cómo entonces, elaborar un nicho para sobresalir de entre los demás en algún segmento en particular?
La marca personal es fundamental. Nos permite establecer, desarrollar y consolidar nuestra reputación como individuos. Nos concede una identidad de marca (personal) a través de la cual la gente percibirá lo que representamos como personas, como profesionales. Nos ayuda a definir el nivel de confianza que la gente (o los miembros de algún equipo, por ejemplo) podrá esperar de nosotros.
Para el efecto, lo indicado, es esforzarse más que los demás, elaborar esa milla de más que luego en la vida terminará pagándole los correspondientes réditos. Los aprendizajes, así como el entendimiento que describo a continuación me han servido para posicionar y establecer mi imagen profesional como mercadólogo, y publicista (2. m. y f.). Seguramente, a usted también le servirán, independiente, de la profesión que desempeñe, o el tipo de persona que anhele ser en la vida.
Enfoque— Sostener su comunicación centrada en el grupo objetivo de su interés le facilitará desarrollar el contenido apropiado para su marca (personal). De esta manera, logrará usted que los demás lo perciban como pretende usted que lo hagan. Nutrir su comunicación de manera consistente con algún asunto particular que sea memorable para su audiencia, también le será de gran utilidad para alcanzar sus pretensiones. Cuanto más específica y centrada conciba usted su marca (personal), más sencillo será para la audiencia recordar quién y qué representa usted como persona (o profesional).
No imite a los demás— No existe nada en este mundo que desencante más, que las ‘copias’ o el popular ‘me too’ (‘yo también’). Considero que, no toca ser un perito en su profesión, o un ‘mago’ para sacar del sombrero un conjunto de atributos y habilidades, o un magíster en trayectoria profesional para establecer, desarrollar y consolidar una marca (personal). Sencillamente, nuestra marca (personal) nos debe merecer nuestra propia opinión (autoestima). No existe un dictamen adecuado o inadecuado, pero lo que en definitiva no se puede hacer, es copiarse de otra persona.
En el entorno de mercado, es sencillo copiar productos o servicios (‘me too’), pero en lo personal, uno no puede ser quien no se es.
Procure ser coherente— Ser coherente es muy similar a tener un enfoque particular. Es mucho más sencillo ser reconocido por un tema característico, si constantemente genera usted contenido y un tono de voz acorde con su marca (personal). Garantice que su comunicación será firme tanto en línea como en lo presencial. O como quien dice, si se expone usted en sus redes sociales como un personaje disciplinado, comprometido, equipero, y resiliente, garantice que así mismo lo perciba la gente en eventos presenciales.
Domine la resiliencia— Predispóngase para asumir el fracaso. Asuma el riesgo o perderá la oportunidad. Si pretende ser un guerrero, prepárese para que lo estropeen. Si anhela ser un explorador, prepárese para perderse. ¿Le salió mal? Intente, intente, e intente, una y otra vez más. El fracaso es un golpe fuerte y, por lo general, todos pretendemos evitarlo, pues así lo exige la condición humana. No obstante, para alcanzar una marca (personal) que se destaque de entre las demás, será imprescindible fracasar más de una vez. No se espante con el fracaso y persevere en sus intenciones.
Tenga a mano un plan alterno— Un plan alterno le ayudará a configurar su propia tendencia. Para el efecto, considere los medios e instrumentos necesarios para alcanzar su cometido. Busque el apoyo de sus contactos (familiares, amigos, colegas, mentores). Y, reflexione sobre cómo y qué aportará usted en su entorno personal o profesional (cómo hará y qué aportará como integrante del susodicho equipo profesional de fútbol, o al equipo u organización al que pertenezca usted).
Ahí está, pues. Su próximo cometido es establecer, desarrollar y consolidar su marca (personal) en el segmento de su interés, posicionándose a medida que avance en el proceso y, haciéndose una reputación en su nombre. Asuma la transformación con determinación y resiliencia, aun cuando el susodicho emprendimiento le lleve algo de tiempo. Tenga presente que, en últimas, la recompensa será mucho más gratificante de lo que será permanecer indiferente al respecto.
No cuente sus días, haga que sus días cuenten, así no sepa todavía de aquí en adelante para dónde vaya, pues de seguro habrá de ser un lugar divertido.