Todos pretendemos formas de incrementar nuestra productividad. La buena nueva es que la finalidad se puede alcanzar. De mi práctica profesional he aquí algunas tácticas verificadas que le ayudarán a realizar más labores en menor tiempo: 1) Planifique su labor en función de su reloj biológico. Quiere decir esto, alinear aquellas tareas que requieren mayor vigor con los picos de energía del cerebro a lo largo de la jornada (laboral). 2) Planifique el horario de la próxima jornada desde la noche anterior. Cuando uno anota todo lo que pretende hacer, es mucho más probable que lo realice. 3) Desarrolle rituales según el tipo de labor que tiene por delante. Esto puede significar realizar una determinada tarea en un espacio de trabajo en particular o en un horario determinado del día. 4) Evite estar comprometido del todo. Si su agenda parece estar copada, programe deliberadamente un espacio para no hacer absolutamente nada. Puede emplear este espacio como una gabela entre comités para abordar tareas inesperadas que surgen durante la jornada. Le sugiero probar al menos una de estas tácticas tan pronto pueda y luego examinar cuan productiva ha sido su jornada laboral. Y, ya está.