Dijo el domingo pasado Salud Hernández Mora en su columna, Campaña reeleccionista, necesita a J. J. Rendón que, “los santistas siguen despistados. Y muy nerviosos”. Pues yo también lo estaría si me tocara acudir a J. J. Rendón para lograr mi cometido, y aunque éste no sea el foco de mi discernir.
El quid es, ¿cómo hacer para sostener su negocio, sus marcas o la imagen de su político predilecto, mientras que en simultánea adopta el cambio?
¿Cómo hacer para continuar incrementando el patrimonio político de su candidato predilecto tal cual el flujo de caja de su negocio, mientras invierte en nuevas oportunidades de desarrollo?
El asunto es escabroso, así como cada vez más de pa’ arriba se la ponen los políticos a J. J. Rendon pero igual, el tema es fundamental para lograr el respectivo cometido.
Recuerdo de cierta lectura que, alguien dijo alguna vez cómo la innovación distingue entre el líder de mercado y el que le sigue. Y aun cuando creo que hoy día la afirmación ya no es tan cierta considerando que, la innovación distingue más bien al que prevalece en el mercado o en el “tierrero” político que, a las marcas que han de sobresalir o al estadista que habrán de elegir.
Como quien dice, en la actualidad se necesita más que innovar para poder sobresalir, particularmente si se es político retrechero.
Basta con mirar a su alrededor para ver cómo son atropellados por el apresurado mercado, tanto marcas como políticos que prevalecen. Y sino me la creen, ahí tienen pues a BlackBerry tal cual la lista de curtidos políticos del Centro Democrático.
Y bajo ninguna circunstancia vaya usted a creer que, su segmento de mercado o candidato político ha de ser la excepción, pues ya lo dijo un filósofo: “nunca se gana algo sin perder nada a cambio”.
De ello podrá dar fe uno que otro funcionario público que cambió ministerio por embajada. ¿Cierto, Carrillo?
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