Creería uno que los menores de edad que pasaron menos tiempo en la oficina del director y más tiempo estudiando, se convertirían en adultos más exitosos; sin embargo, ese no es necesariamente el caso.
Un estudio reciente, sugiere que aquellos que tuvieron bajas calificaciones o fueron disciplinados con mayor frecuencia en la escuela podrían tener una mejor oportunidad de ser más felices y exitosos más adelante en la vida. Es más, los investigadores determinaron que otros atributos distintos al rendimiento académico o los registros de disciplina resultan ser indicadores mucho mejores para determinar el potencial a futuro.
Si bien hay una amplia gama de factores que determinan el porvenir de un menor de edad, los investigadores han identificado algunos de los atributos que pueden conducir a mejores resultados.
Promedio de calificaciones— Uno de los hallazgos del estudio manifestó que, aquellos que sobresalieron en la escuela primaria y secundaria eran, tal vez como era de esperar, más propensos a obtener un título de posgrado. Según la encuesta, el 38 por ciento de los que obtuvieron un ‘Excelente’ cuando eran niños completaron una maestría.
Lo sorprendente de los hallazgos es que, aquellos que obtuvieron calificaciones realmente bajas al inicio de su formación académica, tendrían mayores probabilidades de obtener un título de posgrado que aquellos con un rendimiento académico promedio. Más del 20 por ciento de los que obtuvieron ‘Insuficiente’ y ‘Deficiente’ en la escuela primaria y media completaron un posgrado, en comparación con menos del 14 por ciento de los que obtuvieron ‘Sobresaliente’ y ‘Aceptable’.
Sin embargo, el estudio determinó una correlación entre el rendimiento académico de la infancia y los ingresos económicos a futuro.
Si bien el hallazgo no tiene estadística significante en cuanto a las ganancias futuras entre los estudiantes con diferentes índices de calificación en la escuela primaria, aquellos que obtuvieron ‘Excelente’ en el bachillerato, registraron haber ganado casi USD$6.000 más por año que los estudiantes que obtuvieron ‘Sobresaliente’ y ‘Aceptable’, y casi USD$11.000 más que los estudiantes con calificación ‘Insuficiente’ y ‘Deficiente’.
Llamados a descargo en la oficina del director— El estudio también encontró que aquellos que fueron enviados regularmente a la oficina del director cuando eran niños, tenían casi el doble de probabilidades de convertirse en propietarios de negocios ya de adultos. Según la encuesta, el 20,5 por ciento de los que dijeron haber sido disciplinados regularmente por el director se convirtieron en empresarios, en comparación con el 11,5 por ciento de aquellos que nunca fueron enviados a rendir descargos a la oficina del director.
Por estos días, se encuentra por ahí un sinfín de literatura sobre lo imperativo que es romper los preceptos convencionales para poder convertirse en emprendedor. Los resultados del susodicho estudio parecen conceder un guiño al respecto, considerando que, aquellos que se ciñen ‘a ojo tapado’ al recuadro de preceptos convencionales, pueden estar perdiendo oportunidades para mejorar algo o encontrar una nueva forma de realizar los cometidos.
Actuar por fuera del recuadro (preceptos convencionales)— Aquellos que mencionaron actuar por fuera del recuadro cuando eran menores de edad también informaron niveles más altos de satisfacción general como adultos. De acuerdo con la encuesta, aquellos que ‘casi nunca’ siguieron los preceptos convencionales se ubicaron entre el percentil 61 superior para la satisfacción general de la vida, por delante de aquellos que ‘ocasionalmente’ o ‘siempre’ se ciñeron al recuadro.
Aunque el estudio no da una razón del porqué este proceder, se cree que el hallazgo sugiere una correlación entre ‘independencia y felicidad’. Proponen los investigadores que, ‘si uno es de aquellos que se atrevieron a salir del recuadro para marchar con autodeterminación y autonomía a su propio ritmo, puede ser ese el motivo que lleve a una mayor satisfacción con la vida’.
La práctica profesional indicada— (en una próxima entrega).