Anunciantes endemoniados

Es cierto que la finalidad de la publicidad es vender, pero tampoco es como para que los anunciantes tomen partido de la ingenuidad como de la buena fe del consumidor, a propósito de la nota ‘Anuncios engañosos generan más de 3.000 denuncias al año’, publicada en El Tiempo el domingo pasado.

Muy a pesar de los esfuerzos de la Superintendencia de Industria y Comercio, como de las pretensiones del nuevo Estatuto del Consumidor, podemos afirmar con certeza que los anuncios fraudulentos prevalecerán, particularmente si consideramos que la publicidad, sin importar la circunstancia, tiene como propósito influir en el comportamiento del público.

Asumo que la conducta anhelada para su audiencia, hubo de ser transparente y asequible para la mayoría de los anunciantes mencionados en la nota de El Tiempo, entre los cuales sobresalen increíblemente (o quizás no tanto): Comcel, Telmex, Genoma Lab, Carrefour, Almacenes Éxito, Groupon Colombia (ya decía yo que de eso tan bueno no dan tan barato), y la ‘tapa de la olla’, Ricostilla de la empresa Quala:

  • Ver, disfrutar y recordar la publicidad.
  • Expresarse al respecto, hablar de, trinar y por lo demás, difundir el mensaje.
  • Eventualmente, consumir el artículo.

La mayoría de la publicidad sancionada, habrá carecido de singularidad como de argumentos convincentes para el consumidor, considerando que su mercadería es muy similar a la de sus competidores, v.g. telefonía móvil, televisión digital, bebidas, alimentos, medicamentos y ofertas de poder colectivo; no obstante procurarían así con su publicidad, la recordación de marca, buscando les prefieran cuando el consumidor transite entre las góndolas.

Entonces, ¿acaso será que la falsa publicidad es más rentable? No lo creo.

De hecho, nada aporta al enriquecimiento del producto, de la comunidad o de la experiencia del comprador con la organización, sin mencionar que el mejor marketing proviene de la gente apasionada.

A cambio, deberían los anunciante utilizar la publicidad para afiliar a la gente, entusiasmarla y encauzarla hacía nuevas oportunidades que verdaderamente mejoren su calidad de vida.

En fin, haga lo que haga, demuestre la integridad de su propósito y su visión creativa, sólo así quizás logre agradarle a la gente, que le recuerden, que hablen bien de usted y que consuman su mercancía.

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