Adapte su estilo de liderazgo según dicten las circunstancias

De la psicología social y de negocios, como del proceso de transformación digital de un comercio, es mucho lo que se puede aprender sobre liderazgo. O como quien dice, no existe un estilo de liderazgo sistemático que funcione para todo patrón de circunstancias. En ese orden de ideas, es posible que también usted deba ajustar su estilo de liderazgo en función de las personas que está administrando, el contexto en el que lidera o, las presiones externas o internas con las que le corresponde lidiar en su quehacer cotidiano.

Ciertas eventualidades requieren de un estilo más directivo o un enfoque más amplio. Así mismo, algunas veces es necesario ajustarse a un plan, y en otras tantas corresponde mejor adaptarse sobre la marcha. Para sortear el asunto, puede usted definir un derrotero de comportamientos que eventualmente pueda emplear según dicten las circunstancias.

​Para el efecto, aprendí que se debe iniciar por comprender nuestras tendencias inherentes, es decir: ¿Cuál es el estilo de liderazgo predeterminado de cada uno? ¿Cuál es la zona de confort de cada uno? Si a uno este par de interrogantes no le es muy claro que digamos, es aconsejable obtener la correspondiente retroalimentación de los colegas o subalternos, amigos o familiares, si es preciso.

Una vez responda los susodichos interrogantes, debe usted asimilarlos, ajustarlos, y practicarlos acorde con la respectiva circunstancia. Así mismo, la capacitación formal puede ser de gran ayuda, bien sea que la adquiera usted de forma autodidacta o dirigida por algún profesional.

Por último, es oportuno cultivar la inteligencia emocional y las habilidades de conciencia contextual. Esto puede parecer algo complejo, pero si usted pregunta por ahí qué estilo es el indicado para cierto momento en particular, confíe en las personas que lo rodean para que le den su opinión al respecto. Desarrollar la destreza para moverse entre diferentes estilos de liderazgo es extremadamente desafiante, pero se puede lograr con esfuerzo, constancia, y resiliencia.

Como complemento, puede usted también conservar las siguientes aproximaciones para cuando requiera sortear alguna situación estresante:

Los líderes mejoran su efectividad al desarrollar la habilidad para desplazarse entre la izquierda y la derecha según lo requiera el contexto que, por enfatizar consistentemente uno de los susodichos enfoques sobre el otro— La dificultad de alcanzar un nivel cognitivo y conductual ambidextro no debe subestimarse, aunque se puede lograr con esfuerzos orientados.

Conocimiento de sí mismo— Comprender las tendencias innatas es un primer paso fundamental. ¿Dónde está su zona de confort? ¿Cuál es su posición predeterminada?

En el entorno digital puede uno obtener información sobre sí mismo, a través de aplicaciones en la que la gente comenta en tiempo real o, a través de foros en los que sus afiliados publican comentarios y proporcionan evaluaciones de rendimiento entre sí.

Aprendizaje, adaptación, practica— Una vez que se es consciente de las tendencias inherentes propias, puede usted elaborar para desarrollar un derrotero de comportamientos para abordar las tensiones que no administra bien bajo presión.

Este proceso puede mejorarse mediante entrenamiento formal (de forma autodidacta o dirigida por algún profesional).

Conciencia contextual— Convertirse en un líder más efectivo, significa no solo expandir el enfoque de liderazgo actual para incorporar nuevos comportamientos, sino saber cuándo enfocarse más en un determinado lado de cierta circunstancia de presión.

Esto requiere conciencia contextual e inteligencia emocional, las cuales pueden obtenerse directamente del líder o del entorno social en que se encuentre.

A través de programas de orientación opuesta, los líderes pueden robustecer la confianza en la pluralidad integrada de su fuerza laboral o equipo futbolero para aconsejar a sus integrantes sobre cuándo es apropiado favorecer un enfoque más que otro.

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