Es bastante común, P&G, que sobrevenga un ciclo de insatisfacción para los usuarios más influyentes, considerando el empeño que las empresas dedican al enganche. A la postre, desertan primero las personas a quienes más les importa. Circunscrito en dicho contexto, el enganche se da una vez las marcas alcanzan un exceso de “seguidores”, “me gusta”, “compartir” y demás índices de redes sociales que por supuesto, son bastante difíciles de modificar tal cual requieren de mucho más esfuerzo de lo que podría ser migrar, diga usted, de usar un desodorante Axe a servirse de un Old Spice o viceversa.
Es por eso que una vez logrado el enganche de la audiencia, las marcas recurren a ciertas tácticas para su desarrollo, por ejemplo, en nuestra experiencia y entre otras: cautivar a aquellos consumidores tercermundistas que aún no logran permear o ajustar los atributos de producto como para hacerlo mucho más apetecible a aquellos que prefieren la simplicidad por simple entendimiento.
En consecuencia y dadas las alternativas entre atender una base de usuarios que pretende un producto mucho más robusto o generar un concepto de simplicidad como aquel que se refleja en el entorno de masculinidad, P&G optó por lo segundo.
Y así, el desodorante se degrada al nivel de su fragancia en vez de mejorar. ¿Y qué, dirán por ahí particularmente los más bravucones tipos Ego si, el desodorante Old Spice también es un producto para hombres con “personalidad”: para varones, varones? Pues estimo que no han de ser muchos hombres, ya que la mayoría de nosotros superó el estigma del “macho alfa” y buscamos en los productos de cuido personal, alternativas que vayan más allá de la esencia varonil, por ejemplo diga usted, que humecte o no manche la ropa, entre otros.
Ahora la pregunta es, si acaso el “enganche”, consecuencia de la influencia de las redes sociales es tan poderosa como para evitar la deserción de los usuarios, aunque éstos ya estén cansados de tanta babosada y deque los de marketing los traten como mensos entes simplistas.
Se me antoja más bien entonces que “el llamado” para P&G, es a utilizar la razón con mayor frecuencia porque aun cuando la simplicidad concede autoridad, ésta en exceso la castra y, entre macho castrado y consumidor, preferible la sensatez. ¿Cierto?