Si tan solo hubiera dicho no

Cuando vi por primera vez el corto “Primer día de trabajo”, del colectivo enchufetv, se me dio que algo similar le habría pasado a Nicolás Maduro en términos del sentir popular, el 5 de marzo de 2013, al asumir éste la designación de presidente encargado de Venezuela, posterior al fallecimiento del recordado comandante Hugo Rafael Chávez Frías, y hasta el sol de hoy en el que los sucesos que encara la hermana República Bolivariana de Venezuela, tienen al conductor de sus designios, contemplando la posibilidad de un golpe de Estado tal cual a la oposición barajando alternativas del calibre de la enmienda constitucional, el referendo revocatorio y la asamblea nacional constituyente, para deshacerse de él, entre otros, por maniobrar la institucionalidad pero sobre todo, por su ineptitud para decir “no”.

Considerando que aquí todos somos café con leche, “unos más café, otros más leche”, como suelen decir en Venezuela y porque Arturo Uslar Pietri solía decir que, Venezuela es “la síntesis de todos los grandes rasgos geográficos del continente: mar, montaña, llanura y selva se combinan en una forma equilibrada para darle una fisonomía diferente y muy variada a Venezuela”; le comparto a usted como al presidente Maduro, una que otra noción para que adopten el “no”:

  • Sino se siente orgulloso de ello, no lo ofrezca.
  • Sino puede usted desempeñar bien su labor, no la acepte en primer lugar.
  • Si ha de distraer su quehacer relevante, deje así no más.
  • Sino tiene claro por qué le encomendaron la labor, pregunte; en su caso presidente Maduro, pueda ser que prefiera preguntar a otro distinto a Diosdado, pero pregunte que nunca es tarde.
  • Si es imperativo ocultárselo al pueblo, quizás quiera usted reconsiderar. Usted también, presidente Maduro y, pueda ser que Cilia como Diosdado sigan su ejemplo.
  • Si lo beneficia a Usted pero no al pueblo, renuncie. ¡Renuncie!
  • Si se conforma con solo seguir la corriente del acontecer internacional, sepa usted que eso no es suficiente.
  • Si ha de generar hábitos que a futuro le salgan costosos, nunca debió Usted haberlos concebido.
  • Sino le llevan hacía adelante, vacile como hasta ahora lo ha hecho, pero de por Dios hágase a un lado de una vez por todas.
  • El corto plazo siempre es urgente, pero a Usted el chico ya se le alargo como para que le recuerden por haber dicho “no”.
  • Y sin embargo, siempre existe la necesidad imperativa de decir “sí”. Diga “si”, presidente Maduro, “sí me voy”, y desde la lateral, colabore Usted con la reconstrucción y desarrollo de algo verdaderamente significativo, el porvenir de Venezuela, “sí”, Venezuela a secas no más.

El desafío es ganarle a las dificultades del momento y volver a encontrar el camino del progreso, por lo demás, sin tanto revolucionario de izquierda como de derecha.