Diez normas para proyectos creativos

Singlando imágenes por ahí en la red el otro día, me topé con el San Francisco’s de Young fine arts museum. Y fue así que mientras tanteaba el portal, llegue hasta la exhibición de Richard Diebenkorn: The Berkeley Years, 1953-1966, donde en aquel día fui recibido por un escrito del artista con sus diez normas para iniciar una pintura; —una especie de manifiesto que, aplica tanto en grados como en dimensiones para casi cualquier proyecto creativo o intelectual.

Al concluir su lectura me dije a mí mismo, la madre por sino aplica también para la investigación de mercados, pues no a poco la exploración del consumidor es todo un procesos creativo. ¿Cierto? Bueno, concuerden o no, se las dejo para que las disfruten:

Intente lo que no tiene certeza. La certeza puede o no llegar más adelante. Y quizás solo entonces, pueda ser una valiosa desilusión.

La excesiva, posición inicial que queda corta de ser un todo, no debe ser valorada al menos que sea como estímulo para movidas adicionales.

De hecho, busque. Pero como para encontrar otro distinto de lo que está buscando.

Utilice y responda las frescas cualidades iniciales, mas considérelas absolutamente prescindibles.

No “halle” absolutamente ningún tema —de ningún tipo—.

De alguna manera, no se aburra pero si tiene que aburrirse, utilícelo en acción. Utilice su potencial destructivo.

Los errores pueden borrarse (o acotarse, dirían algunos investigadores de dudosa reputación), pero éstos le mueven de su posición inicial.

Siga reflexionando sobre Pollyanna (una novela de Eleanor H. Porter publicada en el año 1913. La historia cuenta sobre una niña llamada Pollyanna, huérfana de padre y madre que es enviada a vivir con su estricta Tía Polly).

Tolere el caos.

Se cuidadoso solo de forma perversa.