Entre las múltiples utilidades que ofrecen las redes sociales, la de estar conectados con viejos conocidos o amigos o excolegas es un beneficio de doble filo en mi opinión, considerando, que los logros de los demás pueden inculcar el ‘modo competitivo’ o incluso, hasta hacernos sentir relegados.
La sabiduría convencional que nos inculcaron en nuestra formación familiar dicta que debe uno ‘competir consigo mismo, no con los demás’, aunque, dicho es más sencillo que ponerlo en práctica. Para el efecto, y de mis indagaciones al respecto, he aquí cinco estrategias que puede usted implementar para contrarrestar dicha sensación molesta de inseguridad.
Por supuesto, que en ningún caso es agradable percibir que uno se ha quedado relegado respecto a los compañeros. No obstante, con el auge de las redes sociales, es difícil evitar el testimonial de los logros de sus compañeros si es usted de los que pretende estar siempre conectado. Y, de hecho, dicha evidencia de los éxitos de los demás puede tener algo de beneficio.
Una de las referencias consultadas para la redacción este contenido, un estudio reciente, muestra que puede convertirse en una fuente de inspiración tanto en lo laboral, lo deportivo y hasta en lo personal.
En ese orden de ideas, he aquí las cinco estrategias recabadas para poder aprovechar la competencia sin padecer la inseguridad que puede generar los testimoniales de logro de los demás:
Determine aquello que le desencadena su inseguridad— El estrés que resulta de percibirse relegado de sus compañeros puede manifestarse de múltiples formas a lo largo de su cotidianidad. Puede ser algo pasajero, como escuchar al director técnico reconocer el esfuerzo de su colega de posición de juego, o puede ser algo tenaz, como reconocer la convocatoria del susodicho colega al equipo de ‘la profeta’.
Al respecto, reflexione sobre qué es aquello que le desencadena la autocomparación: ¿El apoyo del director técnico a los demás lo hace sentir inferior? ¿Los logros de compañeros específicos lo deprimen? ¿Es usted de los que navega regularmente por Facebook o Instagram, percibiendo inevitablemente un mayor nivel de inseguridad y aislamiento mientras se desplaza de arriba abajo por la maraña de testimoniales? Si este es su caso, ha de saber que no está solo (que no es mucho consuelo que digamos, sugiero yo).
La investigación refleja que el uso de las redes sociales exacerba nuestro sesgo de negatividad inherente, donde damos más importancia a las experiencias negativas que a las positivas.
Es vital prestar atención a las cosas que nos provocan la autocomparación, porque una vez que uno se da cuenta de que son factores desencadenantes, puede transformarlos en oportunidades para una resolución más productiva.
Sustituya la reflexión reactiva a un reenfoque resolutivo— Una vez que tenga usted claro cuáles son aquellas situaciones que le provocan percibirse relegado, puede así decidir prescindir de todas aquellas ocupaciones que le provocan inseguridad. Sin embargo, rara vez dicha solución resulta tan razonable o pragmática como esperaríamos.
O como quien dice, probablemente no pueda evitar escuchar lo que dice su director técnico sobre usted o sus colegas de juego. Y aunque puede usted desconectar a sus compañeros o dejar de consultar las redes sociales, su sensación de insuficiencia puede aumentar con el aislamiento. Al respecto, una mejor aproximación consiste en premeditar su enfoque: incorporar intencionalmente dichos sentimientos en su favor.
Diga usted, por ejemplo, la próxima vez que navegue por sus redes sociales. Pregúntese por qué lo está haciendo en ese momento. Acaso, ¿está aburrido o desparchado? Acto seguido, decida deliberadamente participar en la ‘conversación’ pero solo como una forma de entretenimiento, no para juzgarse a sí mismo.
En ese orden de ideas, la próxima vez que se encuentre con los testimoniales de éxito profesional de un compañero y se sienta inapropiado, dé un paso atrás y observe sus sentimientos sin enjuiciar. Posteriormente, haga un compromiso proactivo de percibir el progreso de sus compañeros de manera objetiva, como si fuera usted un periodista que investiga la trayectoria de sus compañeros y en lugar de alguien que compite directamente con ellos.
Ahora bien, si dichas actividades se tornan inquietantes para usted, obvio, déjelas de lado y dese un buen descanso de las redes sociales.
No obstante, tenga presente que siempre podrá acceder a dichos testimoniales como medio de aprendizaje. Como propósito, no ande por allí diciéndose a usted mismo que, ‘anhelaría haber hecho (o haber adquirido) eso’ y en su lugar cuestiónese, ‘por qué no pudo usted hacer (o haber obtenido) eso’. Al final, tómese un tiempo para reflexionar al respecto.
Demuestre su convicción personal para validarse e impulsarse— Durante un ataque grave de inseguridad, es posible que empiece a reflexionar sobre cómo ponerse al corriente con los demás. En dicho momento, recupere su sentido de autoeficacia apropiándose de sus actuaciones (por minúsculas que parezcan) para así alcanzar pequeñas ganancias. Duplique sus fortalezas esenciales, exteriorícelas al mundo entero, y procure emplearlas para validar su carácter y como si fuera una dosis de resiliencia.
Redefina su grupo de compañeros y genere un nuevo entorno de acción— Cuando uno se compara con un grupo fijo de compañeros, termina involucrándose en una distracción en la que nadie gana, independiente, de si está adelante o atrás. Sin embargo, al expandir su campo de acción para incluir grupos de compinches nuevos y diversos, usted predispone así una evaluación menos binaria de sus logros, permitiéndose a la vez ejercer en nuevos espacios de acción.
Deslíguese de cualquier ideal u acción ajena— Una cosa es percibirse relegado de sus compañeros en una competencia real, diga usted, por ejemplo, como la selección del onceno titular para el partido. No obstante, existe una mentalidad aún más dañina que conduce a la inseguridad perpetua: ‘la convicción de que no solo debe uno superar a los compañeros, sino también pretender todo aquello que ellos desean lograr’.
Dicha ‘autocracia del deber’ genera un trayecto sin fin en el que nunca podrá uno disfrutar de sus logros. Nuestro ideales y acciones respecto al logro continúan transformándose independiente de lo que los demás anhelan realizar.
Examine la posibilidad de que todo lo que ha elegido realizar hasta ahora siempre ha sido el trayecto indicado, independiente, de aquello que crea usted se suponía que debía materializar.
De la conciencia plena, dicta la sabiduría convencional que, ‘dondequiera que vaya, ahí siempre estará usted’. En ese orden de ideas, no debe usted entorpecer en exceso su ‘inseguridad’ valiéndose de un retrovisor (‘deje ya de mirar para atrás’). Por consiguiente, comprométase a evaluar las decisiones venideras fundamentado en sus valores y en las oportunidades de desarrollo. Modificar su trayectoria profesional o personal argumentando aquello que los demás pretenden o ya han logrado lo mantendrá perennemente rezagado y a merced de sus compañeros o colegas.
Es inevitable que cualquier esfuerzo en su trayectoria profesional o personal conlleve sucesos de autocomparación e inseguridad. No obstante, tenga presente que estas cinco estrategias para recuperar la confianza y sobresalir en aquellas competencias relevantes, siempre estarán allí para cuando perciba usted que se está quedando relegado de sus compañeros o colegas.