Chávez será recordado

El presidente venezolano, Hugo Rafael Chávez Frias, quien falleciera de un cáncer el pasado martes, a los cincuenta y ocho años de edad, será recordado como uno de los más vistosos lideres instigadores del panorama global jamás antes visto en años recientes.

Deja atrás un país que, de alguna manera nunca será el mismo y aun cuando en otras, seguirá siendo la Venezuela de siempre: uno de los países petroleros más ricos del mundo pero también, uno de los más injustos socialmente, con buena parte de su población viviendo en algunos de los tugurios más peligrosos de Latinoamérica.

A su haber, el presidente Chávez, dedicó gran parte de sus esfuerzos a tratar de cambiar la subsistencia de los pobres quienes, a la postre fueron su mayor y más ferviente electorado.

En fin, Chávez será recordado por haber sido un personaje del espectáculo cálido y afable que por lo demás, contaba también con un envidiable sentido del olfato por la ocasión y la oportunidad estratégica. Chávez saltó al estrellato mundial por, allá en la era Bush y de cuando Latinoamérica fue relegado al patio trasero de Washington. Ofendido por la retorica belicosa pos—9/11 de la Administración Bush, Chávez se volvió extremadamente ácido respecto a las políticas y actitudes del ‘imperio estadounidense´. Encantado, acostumbraba ridiculizar al presidente estadounidense, al que apodó ‘Mister Danger’. ¿Cómo olvidar sus celebres frases: ‘You are a donkey Mister Danger’ y ‘aquí huele a azufre’?

Sin embargo, lo que más recordaré del presidente Chávez será su locuaz carisma. Aquella que proviene de la certeza, me atrevo a decir, y en contraposición con aquella que se deriva de la arrogante expresión, ‘Yo tengo la razón y usted no’. Si, si señor, Chávez era carismático en su discurso, como consecuencia de su confianza y convicción: ‘Necesito expresarlo tal cual lo percibo y quiero que usted me escuche’.

El discurso que se desvanece en el trasfondo del reciclaje de lo certero, poco o nada hacen por nosotros. En cambio, la palabra en boca de un habilidoso que comprende tanto lo que dice como lo que quiere comunicar, quizás tampoco sea de gran utilidad pero de seguro conmoverá.

La confianza hace la diferencia entre lo mediocre y lo enérgico, y por lo general implica que, se sabe cuál será el desenlace. Es evidente que, la revolución bolivariana padeció los efectos de la administración mediocre, de ineptitud y falta de seguimiento lo que, a la postre colaboró para que Brasil y no Venezuela, fuera quien emergiera del letargo, convirtiéndose económica y políticamente en potencia regional.

Ya habrá usted decidido si, Chávez deja un vaso medio lleno o medio vacío.

Lo cierto es que, también deja un enorme hueco para millones de venezolanos tal cual otros tantos latinoamericanos, la gran mayoría de ellos en la pobreza y, quienes veían en Chávez a un héroe y salvador como, ningún otro político antes lo había hecho en la región. Para ellos, el presente es incierto y desalentador puesto que, por ahí no se vislumbra candidato alguno con tan amplio corazón, carismático y de carácter radical. Y quizás tengan razón.

¿Ahora, qué será de la oposición sin Chávez?

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