Arriesgarlo todo por entretener no paga

Ad portas del evento deportivo más esperado de los últimos cuatro años, «2014 FIFA Copa Mundo Brasil, “todos en un mismo ritmo”», estimo que saldrán trasquiladas todas aquellas compañías tales como Red Bull, Coca-Cola y Nike que, lo arriesgan todo volcando el “storytelling” de sus negocios en contenido de marketing inherente, de forma tal como para que algunos hasta consideren que el consumidor lo digerirá sin siquiera percatarse de su contenido publicitario.

Podrá ser que muchos consideren el “storytelling” una mezcla perfecta de colocación de producto, historias provocativas y marketing en tiempo real, pero de ahí que a futuro tanto “cuento” sea prenda de garantía como para que el consumidor conecte con las marcas, “nada que ver”, así como tampoco “entretener al consumidor” será una base muy sólida que digamos, para desarrollar marcas mucho más robustas.

En fin, el quid es que los medios lineales tales como el texto y el vídeo son útiles para contar historias, lo que en contexto significa que el “storytelling” a través de dichos medios, sirve muy bien su propósito de ilustrar ciertas circunstancias como para igual entretener a una determinada audiencia, pero de ahí a explicar cómo obran las cosas o terminar por cautivar al consumidor, ya no es tan favorable. Y he ahí un grave problema, tal cual la razón por la que desvirtúo la noción que dicta el “storytelling” como “el fin de la publicidad convencional”.

Podrá ser que, una a una las grandes marcas hayan elegido arriesgarlo todo y por lo demás, dándose un lapo al pretender desarrollar marcas más robustas so pretexto de entretener al consumidor, pero de ahí a que terminen por convencer a los fieles que el “futuro del marketing es aquel en el que las marcas, los medios y el contenido, convergen constantemente para generar el máximo nivel de interacción con el consumidor”, les falta aún bastante fundamento, pues hasta donde sé, el verdadero propósito de la publicidad es vender y a poco no entretener.

Cierto es, arriesgarlo todo por entretener al consumidor con unas cuantas historias bien contadas, no paga. ¿O sí?

¿Qué dice usted?

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