Aquellos de tipo marketing farmacéutico categoría latonería y pintura: ¿patrocinar o no a este o aquel especialista? ¿Detener o no al urólogo caleño del Centro Médico Imbanaco que pretende colarse en la gala de Pfizer en Anaheim, California? ¿Apoyar o no un programa comercial para Viagra concebido por un Gerente de Ventas que requiere $40 millones en muestra médica, pero que nunca habrá de reportar una sola venta? ¿Aprobará o no el man de asuntos corporativos la campaña DTC para Viagra o terminará ahogándola en regulaciones, sencillamente porque no fue el quien la concibió? ¿Aprobaran o no los de regulaciones el logotipo de Viagra en la ayuda visual destinada a los dependientes de farmacia?
Soy consciente infortunadamente de no haber transmitiendo enseñanza alguna ya que, todos aquellos que necesitan aprender una lección no lo han hecho ni tampoco jamás lo harán.
En realidad, lo único que he alcanzado es desviarme de la senda de prioridades, enfrascado en causas perdidas de épicas proporciones y procurando la objetividad, una que probablemente nunca encontraré.
De seguro que podría aislar, ignorar, denunciar o hasta interceder para que los infieles no se salgan con la suya pero de seguro entonces, irán a alguno otro lugar para intentar sus artimañas con algún otro fiel.
Sí, por regla general esquivamos la confrontación y amablemente solicitamos a los infieles, ir a otro lugar con su avasallador paso. Es así, en cambio de tanta insensatez y cuando conseguimos sintonizar con colegas fieles, como se logra optimizar la gestión en provecho de la institución y a título de beneficio mutuo entre colegas. Entre más rápido logre usted retomar sus labores, presto estará en dirigirse camino a proveer su mejor resultado en su cometido por alcanzar la meta inicialmente propuesta.
Desdichado entonces, aquel que logre el infiel sacar de casillas puesto que doble tendrá que pagar. Y por lo demás, bastante más costoso en segunda instancia cuando desdibujado pretenda equipararse para desquitarse.
Convénzase de una vez por todas que sencillamente no vale la pena y he aquí, el verdadero aprendizaje para compartir aunque lo haya o no usted digerido.
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