Acaso será que Chávez intercedió

El Cardenal Jorge Mario Bergoglio de Buenos Aires, Argentina, adquirió ayer 13 de marzo de 2013, la escabrosa labor de re-ingeniería de la Iglesia Católica, al asumir el trono de San Pedro como Francisco I.

Reconocido como un consumado intelectual, su papel protagónico durante la crisis económica argentina (1999-2002), le sirvió para adornar su reputación como voz de la conciencia tal cual para convertirlo en poderoso símbolo de los importes que, acarrea la globalización sobre los pobres del mundo.

Su afinidad por la simplicidad personal también, representó para Bergolio un incuestionable encanto –un Príncipe de la Iglesia quien eligió vivir en un modesto apartamento en vez de palacio arzobispal, quien prescindió de limusina con chofer a favor de ir al trabajo en autobús, y quien preparara sus propias comidas.

Sin embargo y como siempre existe un ‘pero’ o paulatina filtración si se quiere, todo plan, organización o emprendimiento tiene fallas y, el Cardenal Bergolio no podía ser la excepción.

No se han hecho esperar las chivatadas como tampoco la mordaz sátira de un criollo que dicta: ‘en Argentina, Papa; en Venezuela, Maduro; y en Colombia, Fritanga’.

Resulta pues que, a colación resurge la denuncia de un abogado argentino quien, lo demandara por complicidad en el secuestro de dos curas Jesuitas liberales por allá en 1976; acusación que Bergolio negó tajantemente. Es más, a tal punto llega la suspicacia que, algunos recuerden la campaña difamatoria de correos electrónicos, tres días antes del cónclave de 2005 y de la que se dice, fuera originada por colegas Jesuitas quienes, decían conocerle y que afirmaban ‘él nunca sonríe’.

En fin, digo que el quid no es si Bergolio es intachable (dudo mucho que exista semejante ejemplar), sugiero mejor considerar si, el recién elegido representante de la Compañía de Jesús, será capaz de acometer semejante labor.

Se incurre ocasionalmente en el error de ignorar los goterones que, a la postre ponen en riesgo el rumbo predispuesto. De ahí que con frecuencia, las reparaciones menores terminan ocupando la mayor parte del tiempo, distrayéndonos del verdadero objetivo: tocar puerto en algún lado.

Amanecerá y veremos pero, por lo pronto, celebran al ‘Papa Cuervo’ los hinchas de San Lorenzo y los Católicos del mundo, tal cual Cristina, tan agradecida como siempre ya saben con quien.