Narrar una buena historia puede ayudarlo a ganarse la confianza de un colega, un superior, una amiga, un equipo, un reclutador o una gran audiencia. Sin embargo: ¿Cómo luce eso? Las mejores historias no solo comunican información o provocan una reacción emocional, también son una herramienta para persuadir y motivar a las personas. Si el asunto le interesa, empiece por contextualizar su historia, relacionándola con el caso que está tratando de presentar. Adáptelo a las necesidades de su audiencia: hable sobre sus inquietudes o preocupaciones específicas y evite las trivialidades insípidas que podrían aplicar a cualquiera. Sea claro sobre lo que quiere que hagan. Si le da a su audiencia consejos prácticos y orientación, los empodera para que actúen y hagan suya su narrativa (de marca, entre otras). Finalmente, ejerza la modestia. No tema compartir historias de reveses o decepciones, momentos de flaqueza o momentos en los que necesitó el apoyo de los demás. La humildad genuina demuestra que tiene usted la capacidad de crecer y aprender que, es algo con lo que todos pueden sintonizarse. Naturalmente, narrar una buena historia requiere práctica, pero si se hace bien, le ayudará a generar credibilidad para usted y sus nociones.
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