La teoría del conglomerado sostiene que las empresas que operaban en múltiples y variados negocios eran menos vulnerables a los altibajos de los sectores industriales y podían beneficiarse de una dirección centralizada. Sin embargo, dicha moda cayó en desgracia cuando las acciones de los conglomerados se derrumbaron, junto con el resto del mercado por allá en la década de los años setenta. Como es natural, la diversificación se fundamentaba en la noción de combinar dos entidades diferentes pretendiendo así alcanzar el ‘equilibrio’. En ese orden de ideas, cuando las ventas de una de las empresas se caían, las de la otra debían ir en ascenso y viceversa.
El concepto me vino de nuevo a la mente por alguna lectura económica que alguna vez leí, y en la que se mencionaba que, ‘las movidas entre pequeñas y medianas empresas representaron el 9 por ciento del total de las integraciones que se realizaron en el mercado nacional…’ y, no propiamente dicho, porque las pymes pretendieran el conglomerado en dicho momento, sino por la moda que se impuso en la década subsiguiente, la cual se fundamentaba justamente en la noción opuesta o aquella que dicta ‘adquirir una empresa similar a la propia’.
Durante la década de los ochenta, la moda empresarial fue la sinergia.
A saber, el concepto de sinergia dicta que, una compañía puede explotar las similitudes entre líneas de productos. Al respecto, y después de tanto tiempo, las cifras siguen llegando, aunque los resultados no son tan halagadores que digamos.
Como para tratar de dilucidar la razón por la cual entre la audiencia (léase el consumidor) los conceptos de integración y sinergia empresarial no tuvieron la acogida esperada, he aquí unas cuantas nociones sobre la psicología de la percepción (por lo demás, confirmadas por la investigación social y de mercados) para su consideración:
- La visualización es un proceso activo en la gente.
- Implica preferencias e interpretaciones.
- La visualización requiere de una entrada que se percibe a través de la memoria visual.
- El umbral de percepción de la gente es limitado.
- El contexto determina la percepción.
- La percepción viene acompañada de un impulso involuntario e innato por la simplificación de las cosas.
- Las necesidades orgánicas determinan la percepción.
- Las necesidades psicológicas determinan la percepción.
- Los factores ontogénicos determinan la percepción.
- Los estímulos confusos y amenazantes elevan el umbral de percepción.
- Los estímulos tienden a ser interpretados según los valores personales de la audiencia.
Es así que, y a pesar de la evidencia disponible en su contra que, los conceptos de integración (o la alianza corporativa) y sinergia, todavía siguen siendo términos populares en las salas de juntas de las empresas locales (pequeñas, medianas y grandes), como de las grandes multinacionales.