La infructuosa búsqueda de la próxima gran contratación

Bien podría ser el reemplazo de Ricardo Lunari, el ali caído DT de Millonarios FC, o la sustitución generacional de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, o cualquiera de esas tantas personas fundamentales en su quehacer profesional o sencillamente, aquella gente común y corriente en su cotidianidad pero con propósito. Y es que con frecuencia preguntan los dirigentes, “¿cómo hago para encontrar gente así para mi fuerza de ventas, departamento de marketing, equipo profesional o escuela de fútbol, emprendimiento, tribu y demás? Es un sinsentido total pretender que alguien en quien no se confía desempeñe una labor extraordinaria. Sencillamente, es irracional pretender que alguien verdaderamente talentoso se vincule a su organización si su organización está concebida para contratar y conservar a aquellos que solo están interesados en el puesto del siguiente nivel. Es absurdo pretender desarrollar futbolistas, directores técnicos o miembros de tribu extraordinarios cuando a éstos no se les concede margen de transformación, de progreso ni de error. Pero sobre todo, es un disparate solicitar encontrar el talento más sobresaliente, si solo se está invirtiendo un monto mínimo para encontrar simplemente a un personaje que a duras penas da la talla o como quien dice, candidatos de presupuesto chichigua o menor de USD$15/hora. Edificar una organización extraordinaria, llámese negocio, equipo de fútbol o tribu, requiere de agallas. De audacia como para confiar en el equipo, tratar con respeto a sus integrantes tal cual adoptar las medidas extremas más absurdas posibles para garantizar conseguir, conservar y nutrir a la gente lo suficientemente comprometida como para hacer realmente la diferencia.

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