Usted también es de aquellos que tiene mucho por aportar al desarrollo del país, de las empresas, de los negocios o de ese colectivo en el que sirve. Se me da que, todavía guarda usted la esperanza de realización personal y profesional. Lo suyo, su motivación, la adrenalina que lo impulsa, es dar a conocer todo aquello que tiene por aportar, más allá de lo que hasta ahora haya usted alcanzado. Así pues, lo que hizo ayer, la semana, el mes o el año pasado, sencillamente, no le va a alcanzar. Para lograr sus metas y objetivos, es factible, que requiere usted, estrategias, tácticas y medios más efectivos para difundir su narrativa de marca, para aumentar su audiencia o base de clientes o para obtener una mayor tajada de participación de mercado, así como para servir al consumidor con excelencia. En ese orden de ideas, mi sugerencia, es que procure usted ser más inteligente. Que aplique la inteligencia en todo momento, y a pesar de la adversidad, las dificultades, los costos, la maquinaría, los recursos requeridos, los trámites, las diferencias personales o profesionales entre colegas, amigos o familiares, o cualquier otra variable que a usted se le ocurra. Para alcanzar las metas y los objetivos, simplemente, toca ser más inteligente en cuanto a los procesos, los resultados, la planeación o cualquier otra acción o efecto de gestión. Para liderar, administrar o medir, es imperativo ser más astuto que los demás, si pretende, claro está, aventajar a los demás. Entonces, será que si paga proceder con inteligencia. Por supuesto, que sí. Es más, se me da que, la lucidez es una ganga que, por lo general, puede usted obtener por mucho menos de su valor real.