Deja la manía por las equivocaciones cometidas

Cuando comete usted algún error en la gestión laboral o en lo personal, ¿es usted de los que lo repite en su mente una y otra vez durante días o incluso semanas? A este tipo de reflexión excesiva se le dice ‘rumia’ y puede provocar ansiedad severa. Para salir de semejante ciclo, hay ciertas cosas que puede uno implementar.

Por un lado, le leí a Alice Boyes, PhD, otrora psicóloga clínica, y autora de ‘The Healthy Mind Toolkit’ y ‘The Anxiety Toolkit’, identifique aquellos elementos que desencadenan su rumiar, diga usted, por ejemplo, ciertos tipos de personas, proyectos o decisiones lo ponen a uno a dudar.

Observe el momento y la razón por la cual una determinada situación lo pone a pensar en exceso. Así mismo, puede ser útil alejar los razonamientos nocivos clasificándolos como ‘juicios’ o ‘sensaciones’. Por ejemplo, en lugar de decir ‘soy inapropiado’, diga, ‘percibo que soy inoportuno’. Esta forma de clasificar puede ayudarlo a distinguir mejor lo que está experimentando en un determinado momento de aquello que es usted como persona o profesional.

Otra forma de rumiar en cortocircuito es distraerse.

Cuando su cerebro se bloquee, salga a caminar, recapacite o procure distraerse con alguna actividad en la que pueda concentrarse durante unos minutos.

Otros errores cognitivos comunes incluyen establecer expectativas demasiado altas para uno mismo, malinterpretar las expectativas que los demás tienen de usted, subestimar la medida en que otras personas capaces lidian con aquello que tanto le preocupa, particularmente, si es usted de los que acostumbra a hacer ‘una tormenta en un vaso de agua’.

Si usted es de los que acostumbra a rumiar sobre el comportamiento de otra persona (colega, familiar o amigo), y atribuye algún motivo en particular a dicho comportamiento, al menos considere la noción de que su explicación puede estar equivocada y, mejor procure aceptar que tal vez nunca conozca la verdadera justificación.

El hecho de reconocer que, a menudo no vamos a entender las causas del comportamiento de ciertas personas es una habilidad fundamental para aminorar la rumia.

La rumia es un inconveniente generalizado. Sin embargo, antes de que pueda uno deshacerse de ella, debe primero que todo entender cuándo se está rumiando y tener a mano estrategias que le ayuden a resistirla. Esto lleva tiempo y esfuerzo. Aunque es imperativo, para la salud mental como para la productividad, intentar detenerla de raíz.

Así que, antes de verse envuelto de nuevo en una de esas progresiones de ‘que fue que fue’, ‘que debería ser’, o ‘que podría ser’, intente cualquiera de las anteriores sugerencias.

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